Inmigrante (04)
Fecha: 25/08/2017,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... quedó a esperarme y por lo visto, se había dormido.
No le di importancia, desayunamos y nos separamos.
En los siguientes días, hablé con Marisa y Marta, explicándoles que había hablado con Ana y, sin haber contado prácticamente nada, la sentía celosa, y por el bien de nuestro contrato, les anuncié que no tendríamos contactos fuera de la discoteca hasta que encontrase una solución. No les expliqué que me había pillado follando y no quería que lo hiciese siendo ellas las folladas.
El sábado, aunque no tenía fiesta, pasó Ana con mi comida nada más. Venía con intención de hablar.
-Jomo, estaba pensando si no sería mejor la inseminación natural. Dicen que es más fácil el embarazo, y no resulta tan traumático y frío.
-Pero la inseminación artificial tiene la ventaja de que puedes seleccionar los genes y conseguir que la criatura sea blanca sí o sí.
-¿No quieres acostarte conmigo?
-No es eso. Te recuerdo nuestro contrato. Podrías llegar a denunciarme y perdería todo. Supongo que bastaría añadir una nueva cláusula que nos lo permita.
-¿Me crees capaz de denunciarte?
-Tú no lo sé, pero tu abogado es capaz hasta de inventar pruebas. No nos conocemos lo suficiente para imaginar lo que puede o no puede hacer el otro.
-Con mis amigas no te importa.
-Creo que estás tomando un camino equivocado. No me acuesto con tus amigas.
-Pero me dijiste que sí.
-Te dije que sí, pero ahora te digo que no.
-¿Qué vas a hacer a partir de ahora?
-Tengo que ...
... reorganizar mi vida. Este mes tengo concertadas varias citas para mejores trabajos y más acordes con mis conocimientos. Veremos lo que surge y hablaremos. Puede ser que me tenga que marchar a otra ciudad. Pero mantendré nuestro compromiso
-¡Pero no te puedes ir! Tenemos que vivir juntos hasta que nuestro hijo o hija cumpla un año de edad.
-Perdona, es verdad. Creo que me precipité al aceptar el contrato. Cancelaré todas las citas.
-¿Te arrepientes?
-En estos momentos no lo sé. No sé si será para bien o para mal. El tiempo lo dirá.
La invité a compartir mi comida, con el fin de cortar la conversación, y como esperaba, no acepto, marchando inmediatamente.
Esa misma tarde, al ir a trabajar, me fijé en que alquilaban un piso encima de la sala a muy buen precio, como consecuencia de los ruidos que inevitablemente producía. El lunes por la tarde lo visité y alquilé. Constaba de cuatro habitaciones. Dos vacías, una con una cama de matrimonio grande, mesita de noche y un armario y un salón con dos sillones, una mesa de centro, otra mesa alta con cuatro sillas y una tele vieja sobre un mueble aparte, además de baño, aseo y cocina.
Encargué la limpieza a una de las mujeres que hacían la de la sala y quedó todo listo para atender a las amigas.
El siguiente fin de semana festivo para mí, le informé a Marga que no iba a salir, para que me trajese cena, y dediqué el día a preparar papeles y rechazar las últimas ofertas informando la imposibilidad temporal de salir de la ...