Inmigrante (04)
Fecha: 25/08/2017,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... ciudad por causas familiares durante largos periodos y eliminar las desestimaciones de los laboratorios que habían respondido negativamente a mis currículums, así como también preparar mi trabajo alternativo como distribuidor de productos de belleza.
-¿No sales hoy?
Miré hacia la puerta, donde se encontraba Ana con Marga tras ella, y le dije:
-No. Me apetece más ver la película que echan por televisión y que no pude ver en el cine.
-¿Quieres que la veamos juntos mientras cenamos?
-Por mi encantado.
Le dijo a la sirvienta que trajese la cena para los dos y se fueron ambas. Mientras recogí todo y prepare mantel, vasos y bebidas.
Yo había dispuesto la mesa contando con ella en el sillón y yo en el sofá. Cuando volvieron ambas y trajeron la cena, Ana movió sus cubiertos y se puso a mi lado sin decir nada.
Venía ya en pijama y bata, yo llevaba una camiseta y un pantalón amplio. Mientras cenábamos, íbamos comentando las escenas de la película y le aclaraba cosas que no entendía, todo ello intercalado con anécdotas del trabajo.
Acabó la película y ninguno hicimos mención de levantarnos. Yo, como anfitrión, no debía, y ella… no lo sé.
Seguidamente comenzó un programa donde intervenían comentaristas políticos, tan interesante que a los pocos minutos, Ana se recostó sobre mí y poco después estaba dormida.
Esperé un poco más e hice la misma acción de la vez anterior. La llevé a mi cama, le quité la bata, la cubrí con la ropa y me aguanté la risa. Luego ...
... apagué luces, me desnudé y me metí en la cama también.
Esta vez me puse de costado hacia ella y pasé mi mano por su cintura. Minutos después, ella se giró de espaldas y quedó pegada a mí.
No lo puede evitar, su perfume que llenaba mi nariz, mi mano abrazando su cintura y su culo rozando mi polla a través de la fina tela del pijama, hicieron su efecto y empecé a excitarme.
Mi polla empezó a crecer y terminó presionado su culo con toda su dureza. Estaba seguro de que ella no dormía, pero no hacía movimientos para no delatarse.
Yo me giré hacia el otro lado, separándome de ella y haciendo un gran esfuerzo para dormirme.
Otra vez me desperté de madrugada. Me encontraba boca arriba. Esta vez ella se había girado hacia mí y su mano reposaba sobre mi vientre. Yo me hice el dormido nuevamente y la dejé hacer. Con un par de movimientos, alcanzó mi polla, que reposaba semi-erecta sobre el mismo vientre pero desviada a un lado, recorriéndola con su mano y consiguiendo que alcanzase su máximo esplendor.
Nuevamente me puse de costado, intentando parecer que lo hacía dormido, para quedar fuera de su alcance.
A la mañana siguiente, cuando me desperté empalmado como era lógico, me levanté intentando no despertarla, e iba a salir cuando la oí darme los buenos días. Me giré para deseárselos a ella también, mostrando, sin pudor, mi polla en erección.
-Buenos días Ana. Iba a ducharme. ¿Prefieres ir tú primero, hacerlo después o pasar a tu casa?
-No sé. –Dudó ruborizada. ...