1. La Consulta


    Fecha: 05/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La Consulta (parte uno de tres)
    
    Fui a ver a mi amiga la Doctora como otras veces, pero mi instinto me decía que ésta vez sería diferente. Y es que algo entre los dos estaba por suceder. Nuestras pláticas siempre habían sido llenas de amistad, pero las últimas veces le hice saber que me gustaba, y mucho. Al principio se apenó un poco, pero no se molestó sino al contrario, me daba nerviosas excusas del por qué lo nuestro no debía ser. Pero no hay mujer que no le gusten los halagos, sobre todo si se los dices de una manera sincera y educada. La sinceridad se percibe al hablar aunque cuando le dices lo hermosa que se ve con ese vestido en realidad en tu mente le estás diciendo “cómo me encantaría desnudarte y comerte a besos”.
    
    Es quizá por eso que siempre te descubren ciertas intenciones en la mirada. Y tal ves ella lo notó, y subconscientemente también deseaba lo mismo que yo aunque no se atrevía a decírmelo. Pero esa tarde estaba dispuesto a facilitarle las cosas.
    
    Rosa era una mujer de cintura exquisita, no muy alta y mas bajita que yo, pero con una figurita bien delineada, una chica “petit” de formas sensuales. Su piel blanca aperlada, y sus turgentes senos combinaban perfectamente con la voluptuosa redondez de sus nalgas Cabello negro y ondulado al estilo de los 90´s.
    
    Ansiaba verla desde hacia días, desesperadamente. Llegué a su consultorio esperando que saliera el último paciente del día, regularmente yo sabía ya la hora mas propicia para charlar con ella sin ser ...
    ... molestados. Me senté en el pequeño sofá de la salita de espera hasta que por fin el último paciente se fue. No se si la consulta fue larga o no pero a mi me pareció demasiado larga la espera, dadas las intenciones que me motivaban a estar ahí. Regularmente la visitaba a menudo para platicar con ella, y disfrutábamos buenos momentos charlando, compartiendo nuestros triunfos y nuestros fracasos. Pero ese día estaba dispuesto a llegar mas allá de su amistad, ansiaba hacerla mía, y solo esperaba que ella también lo deseara tan ansiosamente igual que yo.
    
    Ella también sentía algo especial por mí, se lo había notado algunas veces cuando se ponía nerviosa al insinuarle que me gustaba o le decía lo hermosa que era.
    
    -Hola, disculpa la espera-, me dijo amablemente como siempre.
    
    –No te preocupes, ya sabes que yo por ti esperaría el tiempo que sea necesario-, le dije sonriendo mientras la miraba a los ojos profundamente.
    
    –Me da gusto verte- dijo mientras cerraba con llave la puerta de su consultorio y apagó el anuncio luminoso de afuera. Se quitó la bata médica que traía y quedó luciendo un vestido cortito y entallado color beige sin mangas, así que sus hombros se veían tersos y antojables y un escote en v mostraba el encanto de sus sensuales senos. La salude de mano y se acercó a un frigo bar que estaba ahí y sirvió unos refrescos.
    
    -¿gustas?- me dijo ofreciéndome de tomar,
    
    -gracias, tú siempre tan atenta conmigo- le dije tomando el vaso que me ofrecía y nos sentamos en ...
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