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La Consulta
Fecha: 05/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... acompañándolas en el recorrido erótico que hacía por su cuerpo. Ya mi boca estaba prendida de su cuello cuando bajé un poco el escote de su vestido con mis manos para buscar sentir la piel de sus pechos. Un ligero sostén de tela muy delgada y de color blanco con delgados encajes rosados guardaban como un tesoro sus bien formados senos. De inmediato rescaté sus aprisionados pechos metiendo mis manos por debajo de su coqueto brassier, el broche estaba por delante del sostén así que al sentirlo de inmediato lo abrí y agarré sus turgentes senos como copas en mi mano, rindiéndole el digno homenaje a esa belleza. Mi boca seguía recorriendo su cuello, mordiéndola delicadamente, comiéndomela a besos. Mientras ella jadeaba excitada sintiendo mis manos manoseándole sus hermosos pechos. Ella arqueó su delicada espalda un poco recargando su nuca sobre mí y disfrutando el bulto de mi pene sobando sus nalgas contra mí. Entonces decidí atacar a fondo el momento, era ahora o nunca y yo hiba a aprovechar ese instante de excitación hasta un punto donde no pudiera reprimirse. Y mientras mi mano izquierda jugueteaba manoseando sus pechos bajé mi mano derecha por su vientre hasta acariciar sus piernas, sobándolas con lujuria, y fui subiendo la caricia haciéndola mas atrevida deslizando mi mano por debajo de su vestido, primero hacia su cadera, y descubrí el delgado elástico de su tanga. Alguna deliciosa sensación causó mi atrevida mano porque un gemido salió de sus sensuales labios al ...
... tiempo que alzaba sus manos buscando acariciar mi cabello mientras besaba su cuello. Después mi mano siguió la ruta del elástico de su delgada tanga y llegué por entre en medio de sus piernas hasta la rica puchita de su sexo. Un calorcito se sentía ahí, emanando sensualidad y provocándome una cantidad de fantasías en mi mente. Comencé a sobarle su cosita metiendo mi mano por debajo de su tanga sintiendo la humedad de sus labios vaginales. -¡Aaahhh no sigas por favor- me dijo Rosa con su voz agitada intentando en vano detenerme. Quizá ella sabía que tocándola ahí se rendiría por completo a mis caricias y trataba inconscientemente de evitarlo. Pero sus nalgas pegadas al bulto de mi pene me decían otra cosa. Y al sentir mis dedos acariciando su cosita sus nalgas se replegaron más a mí propinándole tremendas sobadas a mi pene. De tal modo que el bulto de mi verga bajo mi pantalón ya no podía disimularse, era obvio que le estaba gustando sentir el roce de mi bulto detrás de ella. Era una deliciosa sensación sentir las redondeces de sus nalgas. Y así como yo me imaginaba cogiéndome a esa rica rajita, quizá ella también se imaginaba a mi dura tranca penetrándola. Poquito a poco mis dedos se introducían en su mojada rajita mientras mi otra mano acariciaba sus turgentes pechos. Ella ya tenía su voluntad totalmente vencida. ¡Oooohhh que rricccoo, me estás calentandooo- gemía Rosa al sentir cómo mis dedos se metían en su cosita. Poco a poco su delicada rajita se hiba ...