1. El cuñado (Final)


    Fecha: 14/06/2019, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... nalgas abultaban bajo la tela de la sabana. Era perfecto desde cualquier ángulo que se le mirara. Caminé lentamente y me subí a su cama, en el diminuto espacio que quedaba justo al lado de él. Su ojo se abrió con pereza y se asombró al verme. Luego lo volvió a cerrar, y su mano salió desde debajo de la almohada para abrazarme y apegarme a él. Su calor delicioso me envolvió, al igual que su aroma. Es inexplicable lo que puede transmitir un abrazo. Rápidamente me sumí en la paz y tranquilidad. Sus músculos eran las almohadas más cómodas de la tierra. Pero mi intención no era dormir… por lo menos no todavía. -¿Estás bien? –preguntó susurrando muy cerca de mi oreja. -Perfectamente –respondí. Me giró para quedar de frente a su cara. Lo besé. Él lo respondió. -¿Hay algo que me quieras decir? –preguntó. Él sabía algo, me conocía muy bien. Pero no podía contarle nada, arriesgaba mucho haciéndolo. -Hay algo que quiero hacer –le dije. -Pero los papás…-. -No me importa –le corté-. Quiero hacerlo. Necesito que me lo hagas. Es tarde, no escucharán. -Pero… -. -Por favor –supliqué. Mordí mis labios. Sus ojos se encendieron. Se incorporó y quitó la sabana que débilmente cubría su cuerpo. Su pene estaba morcillón. Él también quería hacerlo. Apoyado en sus rodillas estiró sus manos y comenzó a desvestirme. Mordió mis tetillas cuando desnudó mi torso. Me hizo recostar, e introdujo sus dedos dentro de mi slip. Me besó mientras deslizaba mi ropa interior. Su brazo rosó mi pene y suspiré. Se ...
    ... separó de mí y se movió para quedar frente a mi rostro. Su pene ya estaba duro y apuntando al techo. Lo rodeó con sus dedos desde la base y lo bajó para que su glande apuntara a mis labios. Levantó su ceja derecha como diciendo: “Ya sabes lo que tienes que hacer”. Obviamente sí sabía, por lo que me acerqué y abrí mi boca, dejándolo entrar lento pero decididamente. Su sabor me hizo babear. Era una verga de macho, con sabor macho. Estaba caliente y palpitante, con un muy ligero sabor salado, casi imperceptible. Suave y esponjosa al tacto, pero definitivamente dura y firme. Cerró sus ojos y apretó sus labios cuando succioné. Era genial volver a tener su pene en mi boca, pero necesitaba lo de antes… Tomé sus manos y las coloqué en mi nuca. Automáticamente sus ojos buscaron los míos. Entendí la pregunta sin que tuviera que decirla. Le guiñé un ojo y le dediqué una media sonrisa aún con su pene en mi boca. Comprendió que le daba la autorización y procedió a follarme la boca. Partió lento. Su verga llegaba hasta la mitad y luego se retiraba. Poco a poco aumentó la velocidad y le fue agregando profundidad. Cerré con fuerza los ojos cuando su glande se enterraba en mi garganta, intentando reprimir las arcadas y nauseas. Pero ya no me afectaban como antes, había aprendido a relajar mi garganta y el paladar, de manera que ahora entraba más profundo y sin demasiadas molestias. Aunque las lágrimas escapaban igual. Cada cierto tiempo la retiraba para dejarme respirar, mientras azotaba mis ...
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