1. El cuñado (Final)


    Fecha: 14/06/2019, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... mejillas con su verga cubierta de mi saliva. Esto lo repitió hasta que consiguió que toda su extensión fuera devorada por mi boca. Su pubis chocó con mis labios por 5 eternos y deliciosos segundos. Me sentí fatigado pero victorioso. Bernardo no cabía dentro de su impresión. Me miró con orgullo y excitación. Besó mi frente, y me sentí bendecido. Busqué sus labios y nos fundimos en un beso. Su lengua acarició mi boca y mitigó el dolor. La movía muy bien y a la velocidad precisa. Mordió mis labios y chupó el lóbulo de mi oreja. Su beso me hizo mojar. Sonrió cuando vio que mi glande estaba cubierto de pre-semen. -Ahora me toca a mí –dijo en susurro. Descendió lentamente y se colocó frente a mi verga. Sopló, y el aire fresco chocó contra mi pene haciéndome gemir. Lamió mis testículos y besó cada centímetro entre mis piernas. Tomó mi polla desde la base y exprimió para extraer todo ese maravilloso líquido. Lo juntó en la punta de su lengua y la introdujo en mi boca. Chupé su lengua y saboreé su contenido. Me miró y gruñó. -Eres fabuloso ¿sabes? –dijo con voz lujuriosa. Volvió a descender y continuó con la mamada. Tuve que ponerme la almohada en la cara para evitar gemir cada vez que succionaba mi glande. Y eso no se detenía, porque a los minutos decidió jugar con mi agujero. Temí que la almohada no fuera suficiente para silenciar lo que vendría. Mientras chupaba mi pene, introducía su dedo y lo frotaba en mi interior. Por momentos su boca saltaba de mi verga a mi ano, para ...
    ... chuparlo y humedecerlo. A veces daba unas mordidas en mis nalgas, lo cual no hacía más fácil el hecho de que tuviera que reprimir mis gemidos. Al cabo de un rato abandonó mi verga y se centró en mi ano. Con su enorme mano juntó mis piernas por mis tobillos y las llevó hacia mí. Flexioné las rodillas y estas chocaron en mi pecho. Mi culo quedó a su completa disposición y me preparé para lo que continuaría haciendo. Mordí mis labios cuando entraron dos de sus dedos. Ahora al entrar no me dolía como antes, aunque seguía costándole un poco de trabajo vencer la resistencia. Hizo vibrar sus dedos en mi recto y tuve que asfixiarme con la almohada para que no se oyeran tan fuerte mis gemidos. Por momentos sacaba sus dedos y los reemplazaba con su lengua. Lo oía gruñir cuando lo hacía. No podía verlo debido a que la almohada estaba sobre mis ojos, por lo que cuando sus dedos se metían en mí me pillaba por sorpresa. -Me encanta tu culo –dijo. Sus dedos vibraban en mi interior y él se había acercado para decírmelo cerca de mi oreja. Su voz era grave y ruda. Empapada de lujuria-. ¿Sientes mis dedos? ¿Te gusta? -Ahh… -dije como respuesta. -Eso… Aprieta… Mm… ¿Así apretaras mi verga? –su voz me excitaba. Su respiración era rápida y torpe. Estaba muy caliente, era evidente-. Eres perfecto. Me encantas. Amo como me aprietas. Amo lo caliente y húmedo que estás. Amo como gimes y gritas para mí. Amo que disfrutes que te someta. Eres mío. Naciste para mí. No podía responder. Si hablaba saldría un grito ...
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