1. La chica de baduuuu


    Fecha: 16/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: jose autor, Fuente: CuentoRelatos

    ... pudiendo ver como el semen se quedaba colgando de su entrepierna, suspendido en el aire como si fuera una clara de huevo hasta que finalmente cayó al suelo. Al ver aquel coño sonrosadito y abierto, embadurnado totalmente con mi esperma me costó horrores convencerme de no volver a ensartarla como si fuera un pichón, llenando el interior de su vagina con mi semen pero en una muestra de sentido común y autocontrol la hice bajar y la dejé en el suelo, fundiéndonos de nuevo en un húmedo beso mientras mi leche se escurría entre sus muslos... Pasado el frenesí del momento, los dos nos apresuramos a vestirnos. Yo acabé antes que ella y me quedé observando como aquella gatita coqueta se adecentaba después de haberle ofrecido su coño a un hombre que le doblaba en edad. La verdad es que la había bañado en esperma. Cuando estoy unos días sin correrme parezco un volcán y a aquella niñata le había pillado de lleno la erupción. Sus ojitos rasgados analizaban la situación intentando llegar a una solución que le evitara hacer o inevitable pero finalmente dedujo que no había otra alternativa de forma que, con la camiseta color blanco que había traído comenzó a limpiarse la tripita, la entrepierna y los muslos, quedando está completamente manchada. Con una sonrisa picarona se quedó mirándome por unos segundos mientras acercaba su naricita a la bola que había hecho con ella.
    
    -Ufff, que olor a lefa ¿Siempre te corres así? -preguntó riéndose tímidamente.
    
    -No tanto. Eso es porque estaba con ...
    ... ganas.
    
    -A bueno.
    
    -¿No te gusta?
    
    -Sí -respondió dubitativa- Me gusta. Huele fuerte, pero preferiría que te hubieras corrido en otro sitio.
    
    -La siguiente vez apuntaré a otro lado. Siento haberte manchado tanto.
    
    -No es eso tonto. Hasta dentro de unos días tendrás que seguir corriéndote donde te has corrido hoy o en mi boca, como tú prefieras, aunque dudo que pueda tragar tanta leche.
    
    -¿Unos días?-pregunté extrañado.
    
    -Sip-respondió en tono cantarín con esa expresión que se les pone a las chicas cuando están bien folladas.
    
    Irati subió los escalones lentamente mientras se ponía la sudadera por encima del sujetador y arreglaba su flequillo. Cuando llegó a mi lado me dio un piquito en los labios y me susurró al oído:
    
    -Mañana sin falta voy al médico a pedir la receta para las pastillas.
    
    -¿Pastillas?
    
    -Sí tontito. No te hagas el bobo. Las pastillas que voy a tomar para que te puedas empezara correr dentro de mi coño. Ahora soy tu mujercita y como tal quiero que me lo eches dentro. Ya te dije que yo siempre hablo en serio.
    
    -Va...vale-respondí sin poder creerme ese detalle tan bonito que estaba teniendo conmigo.
    
    Los dos salimos agarraditos de la mano como unos enamorados de detrás de los setos y cuando llevábamos poco más de tres pasos andados, Irati me pegó un tirón en el brazo y señaló con la cabeza en dirección a una mujer de unos cuarenta años que nos seguía con sus ojos abiertos como platos desde la acera. Con esa mirada cargada de malicia que le ...