1. La chica de baduuuu


    Fecha: 16/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: jose autor, Fuente: CuentoRelatos

    ... arañaba con ternura mi muslo izquierdo y emitía suaves maullidos y ronroneos. Yo no me lo podía creer, pero mis huevos se lo estaban creyendo a pies juntillas porque empecé a sentir que de seguir a ese ritmo en cualquier momento eyacularía sin control en la carita de mi nueva mujercita o en el interior de su boca por lo que decidí para de inmediato... Sin poder evitarlo y debido a las palabras y gestos tan dulces que me estaba dedicando, la cogí en peso y comenzamos a besarnos apasionadamente mientras mi polla permanecía tiesa y amenazante a escasos centímetros de su culo. Cuando terminamos de lamernos mutuamente la volvía dejar en el suelo y desabroche su pequeño pantaloncito después de soltarle el cinturón. Ella colaboró rápidamente dejándolos caer al suelo junto a su sujetador y sin perder un solo segundo se quitó también la sudadera y la camiseta que tenía remangada por encima de los pechos. Pronto se mostró ante mí el cuerpo adolescente de una chica de 19 años en zapatillas y un diminuto tanga negro que no dejaba de comerse mi polla con la mirada mientras yo me desvestía rápidamente. Cuando acabé, aquella belleza de pelo negro intentó abalanzarse sobre mi mástil como si fuese un manantial en el desierto, pero en aquella ocasión lo de chuparme la polla lo iba a tener difícil porque al que le tocaba lamer en aquellos momentos era a mí.
    
    La volvía coger en volandas y la llevé hasta el césped que había al principio de las escaleras, aun exponiéndonos a los dos a ser ...
    ... vistos, pero es que para aquellas yo estaba ya completamente fuera de mis casillas. Al llegar a la hierba la tumbé boca arriba y separé sus piernas, introduciendo mi cabeza entre ellas hasta colocar mi nariz justo en frente de su rajita, tan solo tapada por una fina y mojada pieza de lencería. Al hacerlo inspiré por ella percibiendo de inmediato ese embriagador y maravilloso olor a hembra receptiva que ansía ser montada por un macho. Sin poder contenerme, me abalancé sobre su rajita sin molestarme siquiera en apartar la tanga y comencé a lamer desesperadamente la tela mientras escuchaba los gemidos y los espasmos incontrolados que mi gatita hacía con sus piernas. Finalmente, aparte la tanga y me encontré con un conejito depilado, sonrosado y precioso que se encontraba completamente empapado. Viendo aquella visión tan hermosa no me extrañé de que los argentinos, por lo que tengo entendido, le digan a ese acto de comer un coñito "verle la cara a Dios". No sé si es cierto que lo dicen así, pero podría serlo dada la devoción con la que besé y amé esa parte de su cuerpo. Cuestiones metafísicas aparte, yo seguí lamiendo como un poseso aquel coño parando solo para chuparle los labios vaginales y meter la lengua dentro su cueva todo lo adentro que me era posible. A ese ritmo Irati no tardó mucho en correrse en mi boca. Durante unos instantes me agarró por el pelo y me separó de la zona mientras temblaba incontroladamente y juntaba sus muslos echando las piernas hacia atrás para proteger su ...
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