Anita de tus deseos (capitulo 8)
Fecha: 06/07/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos
... desconocido. Finalmente, arrancó y siguió calle arriba.
Me hizo arrodillar, se sacó la polla, me la metió en la boca y comencé a chupar. Mientras lo hacía, veía la cacha de la pistola y me excitó otra vez tanto que me volví a correr. No se corrió en mi boca, me agarró por el pelo y lo hizo en mi cara. Después, con la polla estuvo rebañando el semen y llevándolo a mi boca.
Papá miró hacia el final de la calle y vio cómo el desconocido hablaba con el chulo y señalaban hacia nosotros. Desnuda y sin desatarme, me hizo subir al asiento de atrás del coche, arrancamos y nos fuimos rápidamente del polígono.
Estuvo mucho tiempo conduciendo. Tumbada en el asiento trasero veía el formidable espectáculo de una noche sin luna, rasgado ocasionalmente por las luces de los vehículos que nos cruzábamos. Paramos, pero no apagó el motor. Al salir, vi que estábamos en un gran aparcamiento de camiones que se encontraba semi vacío: no había nadie en las proximidades. Abrió la puerta, metió el cuerpo dentro y me soltó las manos. Después, paso el brazo por debajo y me sacó del coche. Hacía frío y los pezones se me dispararon otra vez. Me abracé e inmediatamente noté el bulto de la pistola en mi vientre. Papá me besó y me dio el vestido para que me lo pusiera. Subimos al coche y seguimos de regreso al camping.
Llegamos a las cuatro y media de la madrugada. Aparcamos fuera y andando nos dirigimos a la auto caravana. Inmediatamente me metí en el baño a evacuar y a ducharme.
—¿Quieres ...
... que prepare algo de comer? — me preguntó papá mientras me duchaba.
—No, no me apetece, pero me tomaría un poco de vino.
—¿Blanco o tinto?
—Tinto
Salí de la ducha y mientras me secaba vi que papá ya había preparado las dos copas de vino.
—¿Mañana tienes algo previsto papa?
—Sí. Cuándo te despiertes te vas a la playa, que yo tengo que ir a la agencia a devolver el coche.
—¿Y cómo vas a volver desde Cartagena?
—En el autobús.
—Prefiero irme contigo, —dije mientras dejaba la toalla, me sentaba sobre él y cogía mi copa—. Si no te importa.
—¿Cómo me va a importar? Si quieres venirte vente, pero me voy muy temprano.
—No sabía que tenías una pistola, —dije cambiando de tema después de asentir con la cabeza.
—Me la gestionó el banco. Ya sabes por cuestiones de seguridad.
—Y ¿La has usado alguna vez?
—Solo en el pabellón de tiro: de vez en cuando hago prácticas.
—¡Ah! ¿Sí?
—¿Te interesa? —afirmé con la cabeza—. Cuando regresemos a casa te arreglo los papeles.
Apuramos el vino y nos fuimos a la cama. Papá me puso de lado y se pegó a mi espalda mientras su mano terminaba en mi vagina. Empezó a estimularme y automáticamente reaccioné apretándola contra su mano. Mientras lo hacía, me penetró y empezó a follarme. No se corrió, pero yo si lo hice varias veces cómo siempre. Finalmente, me quedé dormida en sus brazos.
Un intenso olor a café me despertó, y me sorprendió la cantidad de luz que entraba por la ventana de la auto caravana. Siempre ...