*¡PROFE, CIERTO QUE NO ESTOY BORRACHO!*
Fecha: 10/07/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Sebastián era un jovencito de 15 años recién cumplidos, tenía cuerpo y apariencia de niño, aunque era de 1,65 algo acuerpado porque gustaba del deporte. Pensaba como adulto, tenía la sabiduría y los caprichos de un anciano. Nos hicimos amigos muy fácilmente cuando yo dirigía una actividad de aeróbicos en el parque de mi ciudad. Él llegó en busca de una amiga y tras hablar unas pocas palabras se marchó. Pues yo por la forma de dirigirse a la chica, le creí hetero. Pasaron varios días y no volví a saber de Sebastián, hasta el día que vino a mi oficina a preguntar que si ahí necesitaban quien ayudara con las actividades de recreación. La verdad no eran necesario más personas en mi trabajo, pero le abrí un espacio haciéndole llenar una hoja con todos los datos personales y referencias, para que se fuera motivado. Sebastián muy puntual vino a la cita que le puse y luego se integró muy fácil al grupo, donde por su forma de ser se robó el cariño de hombres y mujeres. Siempre se le observaba como un chico de pocas prendas de vestir, no sabía arreglarse muy bien y siempre pedía refrigerio, agua y se sentaba a descansar muy a menudo. Los integrantes del grupo de aeróbicos eran personas de buenas comodidades económicas lo que siempre me hacía sentir una incomodidad cuando lo observaba y cuando lo comparaba con los demás, así que lo llevé donde un estilista y le mandé hacer un corte de cabello a la moda y le regalé unos de mis tenis, sudadera y camiseta, que estaban como nuevos para que ...
... se las pusiera cuando fuera a las clases. Igualmente una de mis amigas lo dotó de ropas y calzado que ya no usaban sus hermanos, por lo que ya no se veía como ese chico malandrín. Un día fui a su casa y pude comprobar que la carencia y humildad de esta familia no se escondían y por eso era la presentación personal de Sebastián tan precaria. Saldado lo anterior él ya era como un ciudadano de alta por su nueva apariencia, ya parecía “niño de rico”, el día del cumpleaños número 15 los compañeros se lo celebraron con una actividad muy especial en la cual lloró encada uno de los abrazos canciones y aplausos, lo que quiere decir que ni conocía un gesto amable como ese. Bueno, todo pasó y las actividades desde aquel día siguieron normales para él y para todos. Sebastián se convirtió en la figura más sobresaliente del grupo y eso era hermoso pero a la vez preocupante por la fama que iba ganando cada día, pues no sabía si le habíamos hecho bien, o mal, con tanta preferencia. Ya no era ese niño después del cumpleaños, su salto fue prematuro y fue uno de los mejores líderes del grupo hasta la fecha. Eso lo llevó a hacer parte de los grupos de teatro, cine, y música del pueblo y en todo le iba bien, quizá esa oportunidad era lo único que le hacía falta para surgir. Aparte de eso el solía ir mucho a mi apartamento, su afecto por mí se multiplicó y nos encariñábamos cada vez más. Pero eso nunca era notorio ante los demás, porque a todos yo les daba muy buen trato. Un día llegó a mi oficina ...