1. Diario de un Prisionero IV: y todo dio un giro inesperado…


    Fecha: 14/07/2019, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... iba a violar, preferí que me hiciera el menor daño posible, así que me puse en cuatro, pero al tener los ojos vendados, no podía ver por dónde me vendría, así que me sorprendió cuando me tomó delicadamente por la espalda y me hizo girar hasta que quedé mirando hacia otro sitio. “Te mueres por una verga de verdad, pero no sabes ofrecerte”, me dijo. Me sentí fatal, porque muero por una verga, sí, pero la tuya; pero, ¿cómo podía comprender eso alguien que me estaba violando?
    
    En fin lo que menos me esperaba, fue que el hijeputa me preparara, primero me dio un beso negro y cuando sentí su lengua en mi culito me sentí el hombre más sucio del planeta, mi cuerpo era poseído y no por el hombre que amo, en el momento que sentí sus dedos intentar dilatarme empecé a llorar, no pude evitarlo, me follaban y no era mi novio, me sentí la peor basura del mundo.
    
    En el instante en que me penetró, fue tal el asco que sentía de mí mismo que me vomité, sé que no soy el hombre que te mereces, pero te amo y sentirme poseído contra mi voluntad me hizo sentirme todavía peor. Pero él no fue indiferente a mi reacción y me golpeó en la nuca y me dijo que estaba bien que me gustara que era lo que los dos hemos deseado toda la vida, pero que no lo expresara así, que mejor gimiera y gritara que le amaba. Volví a llorar, ¿cómo podía creerse este tipo que lo amo? Pero, dijo que “era lo que los dos habíamos deseado toda la vida…” entonces es… pero no es posible, no, no puede ser… mientras yo le daba ...
    ... vueltas a todo eso, el terminó, por suerte se había puesto condón, así que no me hizo sentir peor de lo que ya estaba, tu semen es el único que conoce mi culito. Él se vistió y se fue, no sin antes decirme que esta no sería la única vez, porque de ahora en adelante sería suyo y de nadie más que él.
    
    Amor, tengo miedo y quiero salir de aquí,
    
    Pablo.
    
    A San José, 27 de septiembre
    
    Mi perdido Pablo,
    
    Han pasado casi cinco meses desde que te secuestraron, pero no he tenido corazón para escribir tu diario, sólo ver tu escritura me hace llorar, pero tengo que hacerlo me prometí que no dejaría que tu diario se volviera historia y esta es la segunda vez que te escribo…
    
    Al mes o así de que te secuestraran, llegó una carta anónima pidiendo un rescate por ti, pedían 125 millones de colones, unos 250.000 dólares, una suma exorbitante que ni entre tu familia y la mía podíamos pagar. Dimos aviso a la policía y rastrearon la llamada, no nos dijeron de dónde venía, pero nos dijeron que ya tenían un sospechoso muy probable. Mientras tanto, mi padre me dijo que era evidente que había amor entre nosotros, porque el secuestro no me impedía amarte, así que él aprobaba la relación y podía irme a tu casa mientras fuera necesario. Desde entonces paso las noches en tu habitación, llorando y abrazado al osito de peluche que te regalé, así durante el día puedo ser fuerte y enfrentar a los preguntones.
    
    Las cartas siguieron viniendo, puntualmente, cada dos semanas la carta pidiendo el ...
«1234...7»