1. Dos gemelas se la lían parda a su tío


    Fecha: 16/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... altas que yo, delgadas, su cabello era largo, tenían ojos azules, eran muy bonitas. Si no fueran mis sobrinas, y quisieran, hacer un trio con ellas se debía parecer mucho a estar en ese cielo del que hablan algunos.
    
    -Eso se explica en pocas palabras. Estaba en el paro. Cogí un trabajo de barrendero y dejaron de hablarme. Se avergonzaban de mí.
    
    -¡Qué sinvergüenzas! ¿Qué querían, que te murieses de hambre? -me preguntó Nina.
    
    -No sé lo que querían, pero que trabajase de barrendero, no.
    
    -Si no hubiese barrenderos nos comería la basura.
    
    -Ya sabemos lo que queríamos saber. Nos vamos que la taxista nos está esperando para llevarnos al hotel -me dijo Bea, levantándose del sofá.
    
    Me cayeran bien las gemelas.
    
    -De eso nada. Decirle que se vaya y después anular la reserva del hotel. Os quedáis aquí el tiempo que os haga falta -les dije con voz autoritaria.
    
    Las gemelas se miraron.
    
    -O. K. -dijeron al Unísono.
    
    Hablamos de todo un poco... Les enseñé las habitaciones donde iban a dormir... Deshicieron las maletas... Picaron un poco de jamón y bebieron vino Albariño... Les enseñé la casa y poco de la finca, ya que empezaba a anochecer... Llegó la hora de cenar.
    
    -¿Qué pido para cenar? -les pregunté.
    
    -¿Traen almejas a domicilio? -me preguntó Bea, imitando a la perfección la voz del pato Donald.
    
    -A mí, si -le dije, sonriendo.
    
    -Pues nos vamos a poner cuadradas -dijo Nina, imitando a la perfección la voz del pato Lucas.
    
    Voy a abreviar. Con las almejas ...
    ... puse tres botellas de Albariño. Yo la acabé y estaba contento. Ellas dejaron la mitad, pero para quien no está acostumbrado, media botella de Albariño mete un buen pedal.
    
    Acabamos espatarrados en tres sillones de la sala de estar. Y como el vino hace hablar por los codos, por los codos íbamos a hablar.
    
    -Decía mamá que en tu juventud fuiste un Casanova -me dijo Nina.
    
    -Pensé que no hablaba de mí.
    
    -Hablaba. Nos habló muchas veces de ti. ¿A cuántas mujeres te tiraste?
    
    -Prefiero no hablar de esas cosas. Metí muchos cuernos y como todo se paga, me los acabó metiendo mi mujer.
    
    -A nadie le metiste los cuernos con ellas. Cuéntanos lo de las marquesitas -dijo ahora Bea.
    
    -Eran dos hermanas.
    
    -Gemelas. Cuenta. ¿Qué hiciste con ellas?
    
    -No sé si debo.
    
    -Si nos cuentas te contamos. Te sorprenderás de todo lo que hicimos. No somos monjas, aunque a veces nos disfracemos.
    
    Me habían sorprendido.
    
    -¡¿Os disfrazáis de monjas para follar?!
    
    -¿Te excita ver a dos monjas jugando?
    
    -No me desagrada. Debe ser porque...
    
    Nina me interrumpió.
    
    -Porque ves mucho porno.
    
    -Eso también. ¿Es que vosotras no lo veis?
    
    -¿Habrá alguien mayor de edad y sin perjuicios que no se haya hecho un paja mirando porno?
    
    Aquello me interesaba.
    
    -Contad...
    
    -Cuenta tú lo de las marquesitas si quieres que te contemos.
    
    Ya retomaría la conversación de las pajas. Empecé a recordar y a hablar.
    
    -Estábamos en Septiembre. Yo estudiaba COU y me ganaba unos duros de jardinero en ...
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