Mi nuera, mi amante, mi puta. Parte 1
Fecha: 26/07/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
Soy un tipo de sesenta y algo más, todos los bríos y potencial de sus años mozos, para conseguirlo, una receta simple. Se necesitan dos ingredientes, motivación y creérselo de verdad, luego conseguir la mujer adecuada, agitarnos dentro de ella, dejar fluir mi esencia masculina en ella y vivir la vida como si hoy fuera el último día.
Esta es una de esas historias que permanecen como secreto de familia, este ámbito cuasi testimonial, donde solo somos un Nick. Puede servir de efecto liberador, trascender al conocimiento de otros para que deje de ser tabú, extravagante o perverso, que se entienda y comprenda que la carne es débil y la pasión muy fuerte, que también les sucede a otros como uno.
El relato prueba que cuando se produce la atracción de tamaña dimensión entra a tallar la pasión y sale por la ventana la razón. La pasión es la fuerza arrolladora que no respeta ni pelo ni marca, tampoco vínculos familiares; la infidelidad y la traición no son obstáculos, es una locomotora fuera de control que arrolla con lo que le ponga delante, un toro que embiste cegado por el rojo pasión del capote que se agita en hembra que obnubila los sentidos. Si la mujer nos gusta y nos da vía libre, haremos hasta lo indecible por conseguirla…
Mi nuera fue esa mujer, pero en este caso fue ella quien perdió el sentido del pudor yo cometí el pecado capital de permitirme ser enredado en su lujuria. Fuimos pecadores, sin arrepentimos: seguimos gozando.
Todo comenzó esa noche luego de ...
... una opípara cena familiar, el vino y el licor corrió a discreción, noche de sábado con todo el día siguiente para reponernos. Los primeros en dejar la sala fue mi hijo, llevándose al nieto, siguió mi esposa y mi otro hijo con la otra nuera, solo quedamos Sara, mi nuera, y yo compartiendo la sobremesa y terminando las copas.
Desde siempre hubo entre ambos una particular forma de ver las cosas, no diría que confrontábamos, pero era la única del grupo que no se avenía con facilidad a arriar sus banderas cuando creía que tenía la razón, como fuere siempre nos quedábamos un poco más discurriendo sobre el tema ocasional. Era notorio que había una fuerte conexión, aún en la confrontación.
Esa noche, quizás por las copas de más o vaya uno a saber por qué cosas del señor que mueve los hilos del destino, fue distinto, hasta las formas era de otro modo, se mostraba más receptiva y podría decirse que más dócil, por decirlo de algún modo.
Como de la nada ella trajo el tema de la atracción y la infidelidad, remanente de una situación comentada en la previa de la cena, algo así como… una relación de la suegra de unos conocidos suyos con el yerno de ésta o cosa parecida, de la cual sin saber por qué me abstuve de entrar en la controversia.
—Dígame Luis… ¿usted cree que puede suceder algo así?
—No sé a qué cosa en particular te refieres… - sabía, pero preferí escaparme por la tangente, me pareció un tema escabroso, mejor eludirlo.
—Sí que sabe a qué me refiero. Al tema de la ...