Mi nuera, mi amante, mi puta. Parte 1
Fecha: 26/07/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... calentura más atroz se había desatado en mí, el volcán entró en erupción, el final feliz, y muy feliz, fue todo en su boca, dentro de la boca más receptiva y más caliente…
—¡Aggggggg!!!
Deberían inventar palabras para describir ese momento, la carga emotiva y calenturienta era algo inédito, las imágenes más lujuriosas, las sensaciones más obscenas y las percepciones más voluptuosas invaden todo mi ser. Increíble acabada, largué toda mi leche en su boca, movimientos coitales, final feliz a toda orquesta, timbales retumban en mi cabeza, mientras una dulce geisha está recibiendo el efluvio de mi descarga seminal.
La siento degustar y tragar, se queda lamiendo el glande hasta no dejar rastros de la energía vital masculina de este hombre que se siente el rey del universo. Levantó su cara para mostrar de qué modo había gozado mi semen, la lengua atrevida y perversa se pasea por los labios simulando rescatar alguna gota de semen. Es la más viva y fiel imagen de lujuria y voluptuosidad, una hembra que despierta y atiza las sensaciones más alucinantes.
El ámbito y el tiempo no permite mucho más, me coloco a su derecha, soy más hábil con la diestra. Mi mano se pierde bajo su falda, respira profundo, bocanada para tragar aire como pez fuera del agua, apreté mis labios sobre su cuello, aspirando su perfume y devolverlo en besos tiernos y apasionados. En la palma de la mano pude contener todo el papo abultado, frotar los vellos y llenarme la mano de sus aromas, el índice y el ...
... mayor abrieron el camino a la perdición, entraron todo en ella, enseguida sumó el anular para dilatar la raja de esta hembra necesitada.
La calentura que transmite la fragua vaginal contagia, meto los dedos hasta lo máximo, tan profundo que cuando muevo el resto de la mano siento como se eleva en cada pulsación digital. Reprime los gemidos, ahoga los aullidos que le provoca el tocamiento, contagia su pasional forma de sentir, nos dejamos envolver por la incandescencia de su conchita, está hecha una brasa ardiente, se consume en su fuego y me arrastra a su hoguera interior, aprieta los muslos, comprime todo, abre las piernas en V. No sé cómo sofrenar tanta lujuria desatada, temo que en algún instante todo estalle por los aires y nos encuentren.
Me arrodillo, en oración, ante el templo del deseo, dos dedos dentro y la boca entre los labios, lamiendo el terciopelo de su conchita, llego al cielo vaginal buscan el imaginario punto G, mi lengua descubre las sensaciones del clítoris. Todo es un combo magnífico, someterla a la tortura del llevar su calentura al tope que su abstinencia puede soportar. Sus dedos enredados en mi nuca, apretaba como náufrago a un madero, mueve su vientre, me incrusta en su sexo.
Llené mis manos de sus nalgas, ella se impulsa con las manos en mi nuca, se mueve a ritmo de polvo, frota su conchita sobre mi cara, estruja mi rostro. Volví a entrarle dos dedos, se pone a mil, es el momento supremo, donde mueren las palabras y nace el orgasmo arrasando ...