Cuestión de tamaños
Fecha: 29/07/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
... tengo pechos grandes y debía usar un uniforme rojo furioso de la oficina de trajecito y pollera a media pierna que me hacía ver demasiado llamativa, pero no podía hacer nada, todos usaban uniforme rojo ya que era el color del logo de la empresa.
El me desnudaba con la mirada y me seducía con las palabras, muchas veces me hablaba con la vista fija en mis tetas, si ningún pudor, sin ninguna vergüenza.
Y yo me dejé llevar por toda la situación, me sentía halagada que un bombón así se fijara en mí, aunque yo lo tomara como un juego de eterna seducción, porque estaba segura que solo sería un juego, ni siquiera evalué en algún momento hablarlo con Esteban, mi esposo.
El bastardo además, sugería cada tanto en voz baja que tenía un pene enorme, incluso acomodaba su entrepierna en forma exagerada, jugando a que yo no lo estuviera observando, a mí me provocaba risa y si bien el tamaño no era relevante siempre pensaba para mis adentros ‘tiene plata, tiene pinta, y encima, una pija enorme, hay gente con suerte en este mundo’
Pero el límite entre el juego y el pecado estaba más cerca de lo que imaginaba…
Esa tarde habíamos quedado en ver una de sus propiedades, un loft que había comprado un tiempo atrás, que había modificado y que ahora deseaba alquilar, quedamos en encontrarnos a las cinco de la tarde, solo el, solo yo, en una rutina que ya habíamos realizado muchas veces, tanto con el como con otros clientes, era parte de mi trabajo.
Él se ofreció llevarme con su ...
... coche, pero preferí agradecerle e ir en el mío, para que las cosas no se mal interpretaran.
Pero Christian era un maldito bastardo y jugó el juego que más le gustaba, el sitio era acogedor, hacía calor, me invitó a dejar la roja chaqueta sobre una de las sillas, pequé de inocente, fuimos a recorrer las habitaciones, él se acercaba demasiado y yo me esforzaba por mantener distancias y concentrarme en el trabajo.
Al llegar a la cocina, abrió la heladera y sacó una botella de vino tinto, le dije que no bebería, obviamente había estudiado la jugada, en un sitio para alquilar, los artefactos eléctricos están desconectados, le repetí mi negativa, que no se molestara pero el pareció no escucharme, sacó dos copas, las llenó, me alcanzó una y me dijo
Hazte un favor, prueba esta exquisitez, es de lo mejor de la bodega de mi padre…
Bueno, una copa no me mataría, y en efecto era exquisito, a la primera siguió la segunda y luego la tercera, rápidamente se me subió a la cabeza, reímos, poco a poco caí en su tela araña…
En la cuarta copa simuló un desliz y el vino cayó sobre mi blanca camisa, el tinto transparentó la seda y el frío invadió mis senos, me pidió disculpas por su torpeza, tomó una servilleta y refregó sutilmente mis tetas, en ese punto me sentí perdida, estaba mojada, caliente, embriagada, sentía los cachetes ardidos y que todas mis defensas de tantas arremetidas de meses y meses estaban a punto de caer…
Me dijo que la lavaría en el lavarropas, lo dejé desabrochar ...