Un favor sexual: Admina, Mamadou y yo en un trío interracial
Fecha: 01/08/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... enmoquetado, puesto una cama de matrimonio, unas cortinas de flores en la ventana, una mesita de noche y un mueble que hacía de ropero. Sólo se podía caminar erguidos por la mitad de la habitación. La cabecera de la cama estaba a un metro del techo... Lo bueno era que los caseros, que eran gallegos, me dejaban llevar mujeres.
Adminata se sentó en la cama. Estaba nerviosa. Puse vinilos de los Beatles con sus grandes éxitos, en un tocadiscos automático, que al acabar bajaba uno nuevo. Lo puse en bajito para no molestar a los dueños de la casa.
Llené dos copas de Hundred Pipers. Me senté a su lado, le di una copa, y le diije:
-Sé que tu religión no te lo permite, pero tampoco te permitirá lo que vas a hacer, ¿o sí, Admimata?
Cogió la copa, y me dijo:
-Llámame Admina.
Admina no había bebido en su vida, y con el primer trago, los cien gaiteros se le subieron a la cabeza. Me sonrió y me preguntó:
-¿Bailamos?
Puse las dos copas sobre el mueble, y bailando "Love me do", Amina, puso sus gruesos y sensuales labios sobre los míos. Su lengua entró en mi boca buscando mi sin hueso, al encontrarla, la acarició y nos dimos un primer beso, largo, tan largo que me empalmé. Admina sintió mi polla entre sus piernas. Me quitó la camisa, el cinto, el botón del pantalón del ojal. Me bajó la cremallera, metió su mano dentro de mi calzoncillo y sacó mi polla empalmada y mojada de aguadilla. Se iba a agachar para chuparla. La detuve, le di de nuevo la copa de wisky, y se echó ...
... otro trago. El cuerpo se le volvió a estremecer. Le quité la copa de la mano. Puse las dos copas sobre el mueble. Me deshice del pantalón, los zapatos y los calcetines. Le abrí la cremallera del vestido, que cayó sobre la moqueta. Al verla sin vestido vi a un ángel negro en lencería blanca. Sus tetas sobresalían de las copas y el cabello rizado de su coño sobresalía de las bragas por todas partes, por arriba, por abajo y por los lados. Sus sobacos también tenían pelo en abundancia. Mi polla latía una cosa mala cando me la volvió a coger. Se agachó y la chupó, despacito, saboreándola como si fuese un caramelo. Su otra mano acarició mis huevos. Transcurridos unos minutos, comenzó a mamar y a masturbarme a todo gas, diciendo:
-Dámela, dámela, dámela. Obviamente, lo decía en inglés, give it to me, give it to me, give it to me. ¡Vaya si se la di! Le di leche de la corrida de un gallego de 18 años, calentita, espesita, y en cantidades industriales.
Admina ya estaba desatada. Al acabar de tragar, se levantó, cogió su copa y se mandó el resto de whisky de un trago. Mezclar leche con whiky no le sentó bien. Puso cara de asco y dijo:
-Buuurrrrrbbb. Arrrrrg.
Con una media sonrisa en los labios le dije:
-Vas a coger una tajada del 10, morena.
-Calla y lléname la copa otra vez.
Mientras yo llenaba las dos copas, oyendo, "From me to you", Admina se quitó los zapatos y se echó boca arriba en la cama. Se quitó el sujetador. Vi sus grandes y redondas tetas, con inmensas ...