1. Desafío de galaxias (capitulo 36)


    Fecha: 03/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... claramente que era la galaxia, nuestra galaxia, y antes no lo especificaba.
    
    —Lo que significa, por si no te has dado cuenta, —continuo Marión en tono burlón— que el Parlamento no tiene jurisdicción en Magallanes.
    
    —¡Ya está, hablaron las dos listas! —exclamó Marisol frunciendo el ceño, y mirando al presidente, añadió—: y usted, encima les da cancha.
    
    —¡No, si ahora tendré yo la culpa! —dijo Fiakro abriendo las brazos—. Además, ahora que lo pienso, que expresión tan curiosa: dar cancha. La entiendo, aunque no la había oído nunca.
    
    —Bueno, lo que faltaba, —dijo Marisol con ojos de resignación mientras Anahis y Marión reían.
    
    —Bromas aparte, general, —Fiakro se puso serio— ve pensando como contactamos con ellos de forma segura.
    
    —Ya le digo que no pienso mandar a ninguno de los míos, le recuerdo que esos hijos de puta se comen a la gente.
    
    —No te preocupes, eso ya está solucionado, los que han promovido este tema son los que van a negociar…
    
    —¡Fantástico! —le interrumpió Marisol—. A ver si hay suerte y…
    
    —No seas mala, —la interrumpió a su vez el presidente con una sonrisa—. Pero hay que contactarlos… y llevar a los delegados a la reunión.
    
    —No se preocupe señor presidente, —intervino Marión— entre “doña cabezona” y sus ayudantes, encontraremos como hacerlo.
    
    Dos semanas después, las fuerzas especiales de J. J. acechaban a un pequeño destacamento bulban en un planetoide cercano a la zona de demarcación. Con efectividad, los soldados federales eliminaron a ...
    ... los guardias y sorprendieron a la guarnición mientras dormían. A diferencia de otras ocasiones no los mataron, los apresaron sin hacerles prácticamente daño, en especial su comandante. A este, se le entregó un mensaje en un dispositivo electrónico para que lo trasladara a sus superiores, al mismo tiempo, se transmitía una señal en idioma bulban en el que se indicaba que el mensaje estaba en camino, y que era importante. En él, se establecía un punto de reunión en la luna de un planeta gaseoso de un sistema relativamente cercano a Beegis, también se garantizaba la integridad de los enviados bulban, así como de sus escoltas, y se fijaba fecha para seis días después.
    
    Ese día, los seis representantes parlamentarios encargados de la negociación, aguardaban en un pequeño complejo prefabricado a los delegados bulban.
    
    —Me informan de que una nave de guerra bulban acaba de entrar en el sistema, —informó un funcionario parlamentario— en unos diez minutos estarán aquí.
    
    Al rato, una fragata bulban aterrizaba en las cercanías del complejo haciendo vibrar sus agujas de defensa. El portón ventral se abrió, bajó hasta el suelo y por él descendió una reducida fuerza militar que tomaron posiciones alrededor de la nave. Por el portón, descendieron a continuación dos altos jefes militares, posiblemente pretores, a causa de los adornos dorados de sus vestimentas. Seguidos por seis escoltas, se dirigieron al complejo donde esperaban los delegados federales. El complejo, y los delegados, ...
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