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El amor de Dante
Fecha: 04/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: alamna, Fuente: RelatosEróticos
... hombría. Yo amaba a Dante como a nada en la vida. Había sido el primer hombre del que me enamoré y sentí tal atracción. Habría creído en serio que me amaba y como prueba estaban los momentos como este y otros que habíamos vivido y su disposición a casarse conmigo. Fui consiente de que pertenecíamos a mundos muy distintos y en principio intente ignorar mis sentimientos por él, pero fue imposible y después de un par de coqueteos finalmente llegó el momento e hicimos el amor. Recuerdo que era una noche lluviosa y el llegó a mi casa sin ser invitado. Traía unos papeles que debía firmar para una junta a primera hora del día siguiente y los había olvidado en mi oficina así que mi socio me llamo al móvil y dijo que me los enviaría con el mensajero. Dante era esa persona; el mensajero de la empresa. Cuando lo vi me sentí nerviosa y le invité a pasar. Vi que estaba empapado a pesar de que llevaba impermeable amarillo, su cabello destilaba agua. Se veía sexy con su pelo oscuro pegado a su cara sensual salpicada de agua. Tenía unos ojos miel de profundo mirar o quizás es que él me miraba con intensidad…no lo sé, pero si sabia lo guapo y sexy que estaba. Todo eso junto a su figura esbelta y estupenda estatura. Tenia unos 23 años, algo menor que yo que ya estaba por entrar a los 30. -Quieres pasar?_ le dije, lamentando no estar en mejor facha, es decir no vestir en ese momento una de mis pijamas cortitas y así aprovechar para que vea lo que se escondía tras mi ...
... uniforme de ejecutiva. Sin embargo el parecía haberlo descubierto ya bajo mi vestido largo de algodón, pues no dejaba de mirarme furtivamente y yo me preguntaba si es que tras este tela y color oscuro (vino) podría se posible alguna transparencia. No era así, pero el buscaba apreciar detalles de mi cuerpo que le había sido imposible apreciar con mis chaquetas y pantalones sastres. Eso me lo contó después, cuando ya éramos novios. -Pues si, le agradezco señorita Rodríguez. Hace tanto frio allá afuera- comentó con cierto aire de ingenuidad y se introdujo en mi departamento. -Si prefieres puedes sentarte y esperar a que termine de llover. No tengo inconveniente en ello.- le aclaré como formar de tranquilizar el nerviosismo que vislumbré en él. Volvió agradecerme y me pidió permiso para quitarse el impermeable. -Si, si, claro puedes quitártelo y por favor siéntate en la sala mientras yo estaré en el comedor revisando estos papeles. Puedes servirte lo que desees de ese bar que esta al fondo junto al sofá. _Gracias señorita Rodríguez_ me agradeció con una encantadora sonrisa que me develó aún más lo atractivo que era. Mi corazón dio un vuelco y cuando me dirigí al comedor para revisar los documentos algo en mi interior se despertaba modificando todo mi ser. Aunque me distraía minutos después con aquellos documentos, en ningún momento una idea que comenzó a tentarme, se apartó de mi mente. Asi que de repente se me ocurrió ir hasta la sala a ver como estaba Dante y ...