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“Que no oiga mi abuelitaaahhh!!!”
Fecha: 05/08/2019, Categorías: Jóvenes Autor: hymenator, Fuente: RelatosEróticos
... acompañara. Todo el día la habíamos pasado excelente y creo que íntimamente ninguno de los dos quería separarse el uno de la otra, por eso cuando Paulita salió del restaurante de conversar con su mamá me dijo que si quería ir con ella a su casa; ya que su mamá se quedaría en el restaurante hasta bien de noche y que su bisabuela ni notaría mi presencia. Por supuesto que ni siquiera lo pensé para aceptar y al rato ya estábamos en su casa y mientras ella le hablaba a la viejita yo pasé de largo dentro de su casa por un callejón. Era un callejón largo y oscuro que tenía a la derecha las puertas de todas las habitaciones de la casa. Primero pasé delante de un salón que les servía de sala y comedor en donde estaba su bisabuelita viendo una telenovela en su televisor, creo que era “Sandra y Paulina”. Luego me percaté de otra entrada cubierta por una cortina vieja y que resultaría ser el dormitorio de las tres. Hasta que finalmente llegué a más de la mitad del callejón en donde sólo había una vieja banca en la que me senté a esperar a que Paulita le alcanzara el almuerzo a su bisabuelita y a mí me invitara una manzana roja. Cuando se desocupó vino para sentarse a mi lado y aunque aún llevaba ese recordado uniforme gris de tirantes que todas las chicas usaban; se había bajado los tirantes hasta su cintura dejando libre su blusa blanca en la que se notaban muy bien sus preciosas tetas que por esos días las lucía más turgentes y provocativas Croquis de la Casa de ...
... Paulita (Perdonen no soy Arquitecto) Corral cocina Cama donde hicimos el amor Dormitorio Entrada con la cortina Cama de la viejita Comedor Lugar en donde la bisabuelita veía televisión Sala Entrada Nos sentamos en la banca a hablar del desfile y casi como si nos hubiésemos puesto de acuerdo comenzamos a besarnos y a sentirnos muy excitados. Por supuesto que allí sin el temor a ser descubiertos mis manos no perdieron tiempo y se fueron perdiendo bajo su falda de colegiala hasta acariciarle sus ricas piernas que a fuerza de escondérmelas me las había hecho provocarme más y esta vez, aunque se sobresaltó un poco, no se opuso a que se las tocase y me dejó hacerlo con total libertad. Entonces pude por fin tocárselas, sentir su suavidad y ese calorcito tan delicioso que emanaba de ellas cada vez que Paulita estaba excitada. Sus muslos estaban deliciosos, torneados, carnosos y suaves que parecían temblar ante mis caricias dándoles un toque muy sensual que enervaba mis sentidos. Esas caricias nos pusieron muy cachondos y nuestros besos se hicieron más fogosos, aunque inexpertos; pero llenos de pasión y a ambos nos gustó y nos encendieron mucho más que en otras ocasiones. Mis manos ya no sabían ni a donde posarse y ella parecía haberme dado licencia para hacerle de todo. Le susurraba palabras dulces y ella sólo suspiraba fuerte y de vez en cuando me decía un “te quiero” o “yo también”, con su respiración bastante agitada; mientras me besaba y ...