1. Tres relatos de sexo


    Fecha: 06/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... no repararon en sus negativas, y procedieron a quitarle la ropa.
    
    Ella intentó empujar a Marco, pero este apenas se había movido, y el que estaba detrás, magreando su trasero, la agarró de las muñecas y llevó sus manos atrás, inmovilizándola, como si estuviese esposada. Aun así, ella intentó resistir, y tras un fuerte forcejeo fue a caer al piso, golpeándose la cabeza, justo encima de su oreja derecha, cosa que hizo que se desmayara.
    
    Despertó después de media hora con un fuerte dolor de cabeza. Su visión nublada, fue captando formas poco a poco. Sus pensamientos estaban tan neblinosos como su vista, pero pronto recordó lo que había pasado. De repente sintió un ardor en la entrepierna, y también sintió que un miembro se enterraba en su sexo con violencia. Cuando recuperó la mayor parte de la vista, vio a Marco, que estaba encima de ella violándola. “¿le gusta profe? ¿Le gusta la pija de su alumno preferido?”. Le decía Marco, con sus bellas facciones contorsionadas, y los músculos de los brazos, los cuales estaban estirados para sobarle las tetas mientras la penetraba, se encontraban con las venas marcadas. Ella se removió sobre el piso duro, y entonces dos de los secuaces de Marco la agarraron de las muñecas y la obligaron a colocar los brazos contra el piso. Ella se debatió durante unos minutos, pero el golpe de la cabeza la había atontado y no tenía fuerzas, por lo que pronto desistió, y viendo que aquello que temía ya estaba sucediendo, lo dejó hacer esperando que ...
    ... acabe lo más rápido posible.
    
    Sin embargo, la violación grupal estaba lejos de terminar. Aquellos que pusieron sus brazos contra el piso, acercaron sus vergas babosas a las manos de Belén. Las abrieron, y le ordenaron que los masturbe. El cuarto hombre se paró encima de ella, flanqueando el rostro de Belén con sus pies. Ella veía los testículos peludos del chico con la vista todavía algo nublada. Fue entonces cuando se dio cuenta de que en su ojo izquierdo había entrado una gota de semen. Se preguntó cuántas veces habían acabado encima de ella mientras estaba desmayada. Pero desechó ese pensamiento. No quería pensar en nada, sólo se limitaba a abrir las piernas y a masajear haraganamente las pijas de los otros dos. Pero el cuarto muchacho la obligó a ser más activa, porque poniéndose en cuclillas le acercó una verga con fuerte olor a semen a la boca. Belén, ya completamente resignada, separó los labios y dejó que se la cogieran por la boca.
    
    Cada vez que acababan se aseguraban de eyacular hasta la última gota en el cuerpo de Belén. Enseguida, su piel tostada se fue cubriendo de una capa blanca de líquido viscoso. A los cuatro pendejos no parecía importarles, al contrario, les encantaba verla enchastrada con la leche de sus compañeros, y la seguían violando sobre el piso. Le metían la pija hasta el fondo, tanto en su sexo, con en su boca. Cuando ella quería descansar, porque sus mandíbulas ya no tenían fuerza para seguir chupando, le tapaban la nariz, hasta que se sintiese ...
«1...3456»