1. Los socios de mi esposo


    Fecha: 01/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Dann_arte, Fuente: CuentoRelatos

    ... mojadita?
    
    No sé si era la adrenalina del momento, el trago o no sé qué pero, mis tetas estaban duras y mi respiración se aceleraba en medio de mi angustia y horror, de pronto soltó uno de mis senos y empezó a bajar su mano por mi vientre hasta llegar a mi ombligo, acariciarlo unos segundos y continuar bajando hasta llegar al borde de mi tanga, levantarla deslizar sus dedos y tocar mi intimidad, introducir su dedo en medio de mi lubricada vagina y empezar a masajear mi clítoris con su dedo índice, mientras con el del medio subía y bajaba entre mis labios vaginales.
    
    —Ves cómo estas de mojadita mamacita, abre un poco más las piernas e inclínate que te lo voy a meter acá mismo, cosita deliciosa.
    
    —No, no por favor don Ricardo, no masss, pareee, no haga eso.
    
    Intente zafármele, pero fue inútil por lo mareada y asustada que estaba, el me apretó fuerte contra él y pude sentir su verga muy erecta que apuntalaba mis nalgas.
    
    —No te pongas esquiva que no te conviene a ti ni a tu esposo, quédate quieta y haz lo que te digo mamacita, agáchate un poco y abre esas patotas.
    
    Saco la mano que tenía en mis senos y de inmediato empezó a levantar mí vestido algo que se le dificulto por lo apretado que me quedaba en la cadera, lo cual hizo que se desesperara e intentara rasgarlo por la abertura que tenía.
    
    —Por favor don Ricardo, así no, si quiere yo me lo subo u mejor vamos a otro lado para mayor tranquilidad.
    
    Eso fue lo único que se me ocurrió decir para no ser violada ...
    ... ahí.
    
    —Eso me gusta Danielita que colabores, créeme que me encantaría disfrutarte toda una noche, pero mi verga no da espera, me quedo con la primera opción, así que ayúdame y súbetelo mientras yo saco mi verga.
    
    Yo me petrifique con lo que me dijo y más cuando empezó a decirme que lo hiciera pues.
    
    —Dale pues mamacita que sea un hecho.
    
    Yo afloje un poco mi cadera tome el vestido de ambos lados y lo subí de tal forma que el pudiera levantarlo sin problema, ya no había marcha atrás estaba a punto de ser penetrada por un desconocido, intente pisarlo pero de solo imaginar el escándalo y la desdicha que le esperaba a mi esposo, y también con algo de morbo abrí mis piernas y me incline un poco para que el me lo metiera con facilidad, mientras él seguía masajeando mi clítoris ya cada vez menos pues, estaba concentrado zafando su correa y desabrochando su pantalón.
    
    Saco su mano de mi parte de adelante y termino de subir mí vestido hasta mi cintura dejando al aire mi cola, solo cubierta por mis pequeñas tangas, las cuales se perdían entre mis glúteos.
    
    —Ufff, pero que culo más bello tienes mamacita, lástima que no tenga tiempo para partírtelo, por ahora me conformare con entrar en esa vagina tan deliciosamente empapada que tienes.
    
    De inmediato sentí como ponía una de sus manos entre mis nalgas, llevarla hasta mí ya empapada vagina, sacar mi tanga la cual estaba metida entre mis labios vaginales, correrla para un lado, para poder meter su verga. Sentí como su pene ya ...
«12...567...»