1. Los socios de mi esposo


    Fecha: 01/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Dann_arte, Fuente: CuentoRelatos

    ... las tres señoras y yo, nos quedamos en el baño eso de media hora, cosas de mujeres, nos reímos hablamos y yo me relaje un poco, aunque sentía unas ganas enormes de hacer el amor con mi esposo, tal vez por el trago o por las tremendas escenas de sexo que había pasado.
    
    Cuando salimos del baño en medio de risas, llegamos a la mesa, pero, no estaban los señores ni mi esposo. No sentamos y a los cinco minutos, aparecieron los tres viejos pero, Carlos no, yo me quede mirando algo confundida pero, de inmediato don Marcos poniendo sus manos en mis hombros dijo.
    
    —No te asustes Daniela, Carlitos está en el salón privado descansando, pues se sintió muy mareado, si quieres vamos para que estés con él y de paso descansas.
    
    —Si llévala, anda Dany ve tranquila nosotras atendemos los señores.
    
    Dijo la esposa de don Marcos. Yo me incorpore y mire con algo de recelo y nervios al señor, mientras él ponía una mano en mi cintura y me llevaba hacia donde estaba mi esposo, todo iba bien hasta que al estar un poco más alejados de todos y al comprobar que nadie nos podía ver, don Marcos bajo su mano de mi cintura y la puso sobre mis nalgas yo de inmediato me arme de un poco de valor y me le retire, y mirándolo con algo de enojo y nervios con vos entrecortada le dije:
    
    —¿Podría decirme donde esta Carlos, por favor?
    
    —Por supuesto Danielita, mira es acá, déjame yo te abro la puerta, pero te voy a dar un consejo antes de entrar, no hagas cosas de las que después te podrías arrepentir e ...
    ... incluso desgraciar la maravillosa carrera que lleva en ascenso Carlitos.
    
    De inmediato abrió la puerta y me hizo pasar para, luego entrar él y cerrar la puerta, yo entre y me quede mirando a ver que más me iba a decir, lo miraba con cara de susto y un poco de rabia. Él se paró frente a mí, y me dijo en vos baja.
    
    —Mira ahí esta profundo, no lo vayas a despertar.
    
    Se acercó un poco más a mi puso su mano derecha sobre mi mejilla con la parte externa de sus dedos, me acaricio mientras me hablaba.
    
    —Te voy a pedir algo y quiero que lo hagas sin dejar de mirarme y sin decir una sola palabra ok.
    
    Yo solo lo mire y le dije si con el movimiento de mi cabeza, mientras el ya deslizaba su mano por la parte superior de mi busto muy delicadamente, no sé qué tenía ese viejo que me dominaba totalmente, tal vez su carácter y determinación hacían que las personas perdieran su voluntad.
    
    —Así me gusta Danielita, ahora quiero que sin quitarte el vestido ni dejar de mirarme, te quites tus tangas y me las des.
    
    Yo lo mire con cara de susto y de inmediato voltee a mirar a mi esposo, él estaba ahí profundamente dormido, sentado en una silla y con su cabeza sobre un escritorio o una mesa de juntas, pues era grande y con cuatro o cinco sillas alrededor de la mesa, con un vaso de licor a un lado y perdido en su borrachera.
    
    Volví la mirada a don Carlos, trague un poco de saliva y mi respiración se agitaba, no sé si por susto o por la sensación del momento o quizás porque sentía ya sus ...
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