1. Lara, una chica muy obediente (7)


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... contra el borde de su cama, sobre la cual cayo boca abajo.
    
    -Sé muy bien lo que te ocurrió, niña puta. –le dijo la rubia inclinándose sobre ella y aferrándola por el pelo.
    
    -Lo que te ocurrió es que eres una perra en celo, una reverenda puta, pero lo que todavía no aprendiste es que no eres dueña de tu cuerpo ni de tus deseos ni de tu persona. No aprendiste que eres una esclava, nuestra esclava y que nada puedes hacer sin nuestro permiso.
    
    Mientras Eva hablaba, Juani le iba quitando a Lara la falda y las bragas, para dejarla con el culito al aire.
    
    -Sujétala y métele sus bragas en la boca para que no se la oiga gritar. –pidió la rubia camino de su closet y entonces la morena hizo arrodillar a Lara en el piso, junto al borde del lecho y después inclinarse hasta apoyar el rostro y el torso en las cobijas. Desde el lado opuesto de la cama le puso las braguitas dentro de la boca, se inclinó un poco, la sujetó por las muñecas y le dijo a Eva:
    
    -Dale duro para que aprenda de una puñetera vez. –Y la rubia no se hizo rogar. Dobló el cinto en dos, lo tomó por la parte de la hebilla y alzó al brazo mientras contemplaba las tiernas, indefensas y muy tentadoras nalguitas de la niña.
    
    -Ahora sabrás lo caro que paga una esclava la indisciplina. –dijo y le asestó el primer azote.
    
    Lara gritó de dolor y ese grito, reducido a gemido por las braguitas metidas en la boca a modo de mordaza, excitó a la rubia, que siguió azotándola complacida ante el progresivo enrojecimiento que ...
    ... iba mostrando ese lindo culito. Lara se retorcía impotente, sujeta por Juani y a merced de ese cinto impiadoso que la martirizaba convirtiendo a sus nalguitas en dos brasas al rojo vivo.
    
    Fueron 40 los azotes que recibió y que dejaron sus nalgas tan rojas como dos tomates y sumiéndola en un dolor físico difícil de soportar. Cuando por fin Eva dio por concluida la zurra y Juani le soltó las muñecas, Lara quedó sollozando medio ahogada por las bragas metidas en su boca y las mejillas empapadas de sus lágrimas.
    
    Eva la incorporó aferrándola por el pelo y cuando la tuvo de rodillas en el borde de la cama le quitó la improvisada mordaza y le dijo:
    
    -¿Has aprendido, esclava? ¿Tienes en claro que no posees ni siquiera la más mínima voluntad propia?
    
    -Sí… -murmuró la niña.
    
    -¿Tienes conciencia de que sólo puedes hacer lo que nosotras te ordenemos o te autoricemos a hacer?
    
    -Sí, señorita Eva…
    
    -¿Te queda claro entonces que deberás negarte a lo que esa celadora pretenda de ti?
    
    -Sí… Sí, Ama Eva…
    
    -¿Entiendes, perra, que no eres más que una miserable esclava y que sólo puedes hacer lo que nosotras te ordenemos o te permitamos hacer?
    
    -Sí, sí, señorita Eva… Perdón…
    
    -Tú serás carne sólo para quienes nosotros decidamos.
    
    -Sí, señorita Eva… Le ruego me perdone por haber hecho lo que hice, no soy más que una niña estúpida…
    
    -Sí, y porque eres una niña estúpida no estás capacitada para pensar por ti misma.
    
    -No, señorita Eva, tiene usted razón.
    
    -Por tanto, somos ...
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