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Lara, una chica muy obediente (7)
Fecha: 21/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... nosotras, tus Amas, quienes pensamos por ti. –intervino Juani mientras palpaba las nalgas rojas y calientes de la esclavita. -Sí, señorita Juani… Ustedes piensan por mí… -Muy bien. –dijo Eva. -¿Volverás entonces a hacer lo que se te ocurra? -No, jamás volveré a actuar así, señorita Eva… -afirmó Lara excitándose con las manos de Juani en sus nalguitas. Se daba cuenta de que ésa era verdaderamente ella en su más pura esencia. Era una esclava y sus Amas, sus adoradas Eva y Juani, se lo habían revelado y por eso les estaba y les estaría eternamente agradecida. -Mi vida les pertenece, señoritas… dijo de pronto y desde lo más profundo de su ser. Ambas chicas se miraron y en sus ojos se leía la intensa y perversa satisfacción que experimentaban por haber logrado de Lara tamaño nivel de sometimiento. -Oye, Juani, ve a buscar a Ana y Pepi. -Sí… tengo ganas de una fiesta con nuestra perrita. –dijo la morena mientras se encaminaba hacia la puerta. Unos minutos después regresaba en compañía de Ana y Pepi, interesadísimas en lo que iba a ocurrir. Eva tenía a Lara de rodillas, con la cabeza gacha y las manos atrás. -¿Pero qué hay, tías? –preguntó Pepi. -¿Qué es lo que ha pasado con vuestra perrita? -Lo que ha pasado –dijo Eva –es que ha estado follando con Sara, la celadora, y lo ha hecho sin nuestro permiso, de ...
... puta que es, nomás. -Vaya, vaya… -se asombró Pepi y dijo dirigiéndose a Lara: -¿Y te has atrevido a engañar a tus dueñas, golfa? Supongo que te han castigado por eso, ¿cierto? -Sí… -respondió la niña. -A ver, muéstrame el culo. –dijo Pepi y Lara giró sobre sus rodillas hasta quedar de espaldas. -Mmmmhhhhhhh, sí que te han dado, chavala… ¡Qué bien luce tu culito así tan rojo! -Pero no hemos terminado con ella. –dijo la rubia. Si tanto le gusta follar, pues follaremos. Al oír a la rubia, tanto Pepi como Ana comenzaron a despojarse rápidamente de sus ropas imitadas por Eva y Juani y ésta después le quitó la ropa a Lara, que de inmediato fue echada sobre una de las camas y quedó atrapada en una maraña de brazos y piernas que semejaban plantas carnívoras ansiosas por devorarla, mientras cuatro bocas y otras tantas lenguas la recorrían entera, por delante y por detrás, y era besada, lamida, mordida. Ella ya no era ella sino sus sensaciones cada vez más intensas hasta que todo fue confusión, un caos en el que se oyó gritar, suplicar, gemir, jadear y por fin explotar y disolverse en un orgasmo que parecía no tener fin y enseguida manos que tomaban su mano y convertían a sus dedos en obedientes caminantes de senderos calientes y mojados por los que eran conducidos una y otra vez hasta sumar cuatro veces. (continuará)