Todo empezó con una inyección
Fecha: 02/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Stuka15, Fuente: CuentoRelatos
Soy de un lugar donde la gente es muy conservadora y poco maliciosa, por lo general casi todos los vecinos nos conocemos y, por tanto, los lazos familiares siempre son fuertes.
Yo vivo solo con mi madre, lily como la llaman sus amigas.
Es una mujer que admiro, respeto y quiero mucho. Desde que yo tenía 8 años se hace cargo de mí, ya que mi padre falleció en un accidente de trabajo y con poco dinero del seguro y una propiedad rural, mi madre invirtió en una refaccionaria.
Conocía el negocio bien, pues ya había trabajado en una cuando soltera, así que es lógico que nos fuera bastante bien. Mide 1.55 de estatura , morena clara, cintura bien delineada, busto mediano y bien redondeado, ojos color miel, cabello negro, cara del tipo infantil y con una nalgas increíblemente bellas que acentúan su cinturita y moldean unas piernas bien ejercitadas y largas.
Mi vida sexual era normal, veía películas con mis amigos, algunas experiencias curiosas con mis novias y lo poco que veía en revistas e internet.
Mi curiosidad sexual para ese entonces ocupaba casi todas mis fantasías, sueños y temores, pero no había llegado aún a tener sexo completo con una mujer, la verdad me da un poco de temor.
Mi madre quien nunca figuraba en esas fantasías, sufrió repentinamente un problema de salud por la falta de descanso; comenzó con severas depresiones y cambios de ánimo.
Yo me hacía cargo del negocio todas las tardes, negocio del que ya teníamos dos pequeñas sucursales más.
Mi ...
... madre llevaba las cuentas y todo lo referente a los inventarios y trámites administrativos, yo simplemente superviso a los vendedores de las 3 tiendas y trato con los proveedores.
Yo soy su orgullo, así que no era raro saber que todos sus planes se vinculaban conmigo, sin embargo jamás me mostraba su "yo" oculto, sus sueños, ilusiones, o pasiones.
Su comportamiento en casa era normal, pocas veces la vi en ropa interior o con ropa que mostrara sus atributos provocativamente lo que se reflejo una relación sana entre nosotros.
En esos días comenzamos a hablar cosas que jamás tocábamos, sus mejores recuerdos, sus peores momentos, sus sueños y muchas otras cosas más.
Su estado de ánimo cambio, era un poco más abierta y franca, era más una amiga que una madre.
Para complicar su salud, adquirió faringitis y en consecuencia un dolor de garganta y fiebre muy fuertes. La depresión volvió a la carga y se volvió introvertida.
Yo seguía ataviado con el negocio, aprendiendo más sobre su administración, así que me limitaba a llevarle su medicina, mimarla un poco y darle de cenar algo ligero y sin grasa, pues no podía ingerir nada sin sentir dolor en la garganta.
Al llegar el sábado por la mañana, mi madre no puede localizar a la señora Fina, anciana encargada de inyectar a media ciudad y tampoco a su amiga Claudia, personas que generalmente la inyectaban cuando se daba el raro caso de que se enfermara, así que se acostó temprano y trato de dormir.
Al mediodía la llame ...