1. Todo empezó con una inyección


    Fecha: 02/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Stuka15, Fuente: CuentoRelatos

    ... por teléfono para ver como seguía y pedirle unos datos, me indicó que tenía fiebre y bastante molestia de la garganta, por lo que había decidido que se iba a inyectar ella misma.
    
    --Estás segura de que puedes inyectarte sola?
    
    --Que remedio, no puedo suspender las inyecciones.
    
    --Y si vamos a la farmacia, tal vez la que le ayuda al doctor pueda inyectarte.
    
    --No lo creo, además me da vergüenza.
    
    --Y porque con Doña Fina no?
    
    --Es diferente, esa mujer le conoce las pompis a todo el pueblo.
    
    Reímos un rato y seguimos buscando opciones: la clínica, otras amigas e incluso le hablamos a varias pero ninguna sabían inyectar.
    
    --Y si te inyecto yo?
    
    --Tú no sabes hacerlo.
    
    --Enséñame, que tan difícil puede ser.
    
    --Y que aprendas conmigo!, no lo creo.
    
    --Con quien quieres que aprenda?, ayudando a Dona Fina?
    
    --Esta bien, trae la jeringa, alcohol, algodón aquí tengo las ampolletas.
    
    Me explicó como se prepara la inyección, que es necesario limpiar el lugar del pinchazo con alcohol y que la nalga (pompi como ella le dice) se divide en 4 partes imaginarias, debiendo inyectar la parte de arriba a la derecha.
    
    El pinchazo debe ser fuerte pero no violento, en fin todas las recomendaciones pues le preocupaba su pompi.
    
    Al decidir que todo estaba listo, se metió al vestidor con movimientos torpes, se puso un short bastante flojo y regresó a su cama.
    
    --Listo, deja me pongo boca abajo.
    
    --Yo revise la jeringa revisando que saliera un poco de ...
    ... líquido
    
    Entonces ella acomodada boca abajo en la cama, con su mano izquierda sujeto el elástico del short, titubeo un poco y luego lo bajo despacio desnudando apenas la mitad de su pompis derecha.
    
    Fue entonces cuando descubrí que no tenía nada bajo el short.
    
    Su pompi era considerablemente más blanca que el resto de su piel, firme y tensa por el momento, pero muy carnosa.
    
    --recuerda que debes dividir en 4 la pompi y poner alcohol antes de picar.
    
    --OK!
    
    Al frotar el algodón empapado en alcohol en la parte del blanco, ella bajo un poco más el short mostrando casi toda la pompi y la división con la otra pompi. Me percate que ella no quería ver nada por miedo al pinchazo.
    
    Sujete un poco su pompa levantando un poco su carne y di el pinchazo, inyecte lentamente el líquido blancuzco y al sacar la aguja, presione con el algodón y masaje un poco para evitar que se formara una bolita con el medicamento inyectado. Le di una nalgada y subí su short.
    
    --Listo, te dolió?
    
    --Casi ni la sentí, tienes buena mano.
    
    --Entonces le haré la competencia a Dona Fina, no crees?
    
    --Tendrás que ser anciano para poder ver las pompis de todo el pueblo.
    
    --Bueno, no soy tan viejo y ya pude ver tu pompi desnuda.
    
    --Bueno fue una emergencia, eres mi hijo y además el hombre de la casa. A nadie más le dejaría ver ni pompis.
    
    Esas ultimas palabras me causaron una sensación muy extraña.
    
    Pensé en eso toda la tarde y trate de olvidarlo.
    
    Por la noche mi madre, trató nuevamente de localizar a ...
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