1. ¡Hacéme lo que quieras!


    Fecha: 24/08/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... jardín. Darío y yo le ofrecíamos a él todos los trabajos de mantenimiento del hogar cuando no manejaba el remis. Le abrí, le di un vaso de gaseosa y seguí poniendo la mesa para luego llamar a los chicos. Antes de que lo hiciera él me hizo apoyar los codos en la mesa, me subió la pollera y sin correrme la bombacha frotó su hinchada poronga entre mis nalgas, y de pronto, en un solo envión me la introdujo en la vagina. Me cogió re rico, haciendo sonar los vasos y cubiertos de la mesa, pellizcando mis pezones, lamiendo mis orejas y diciendo cosas como: ¡así mamita, sentila toda adentro, movete putita, dejame sacarte la calentura, y que tus hijos te vean bien puta, así Mariano empieza a pajearse!
    
    Eso me hacía sentir una retorcida, morbosa y depravada, pero me calentaba. Cuando su leche me inundó a granel, creo que mi orgasmo múltiple me hizo gemir muy fuerte. De hecho Valeria vino corriendo del patio preguntando si pasó algo. Por suerte ambos nos habíamos arreglado la ropa.
    
    Luego los chicos almorzaban mientras Martín cortaba el pasto y, su mamita se tocaba en el baño cada vez más alzada.
    
    Cierta siesta llegó con la voluntad de cambiar cables viejos, poner focos, inspeccionar los disyuntores y revisar la heladera. Pero se había cortado la luz por la mañana. Darío dormía la siesta y yo lavaba ropa a mano en la bacha cuando me chistó desde la ventana del lavadero con la pija afuera del pantalón, tan tiesa como un ladrillo. Paseó su lengua por sus labios y entró como un ...
    ... viento gruñón decidido a subirme la falda para fregar su rostro afeitado en mi culo. Me bajó la bombacha con los dientes hasta las rodillas, me hizo tocarle la pija con las manos enjabonadas y me dio unas nalgadas sonoras que me hacían crepitar la garganta. Apoyó su nariz en mi zanja y me olió con fiereza. Después deslizó su pija hinchada hacia lo largo de mi canal y, tras darme un par de bombazos elegantes, certeros y deliciosos en la vagina se separó de mis caderas para agarrar una bombachita sucia de Valeria del montón de ropa apiñada en un fuentón.
    
    ¡Cuando eras chiquita usabas estas bombachitas, y tenías este olorcito cuñadita? Te pajeás con los calzones de tus hijos?!, dijo excitado, listo para clavarme su lanza nuevamente en la concha. Lo que insinuó no me hizo gracia, pues, estaba encantada con serle infiel a Darío, pero que meta a los nenes en el jueguito no me cabía en la cabeza. Aunque cuando me hizo oler la bombacha verde de Vale y su pija rozó 2 o 3 veces mi ano, no aguanté más y se lo pedí casi con lágrimas en la voz.
    
    ¡culeame nene, rompeme el culo, dejame toda la leche en la colita y mandate a mudar!
    
    Martín no tuvo drama en lubricarme el culo con mis flujos, en pajearse para inundarme con su presemen y en comenzar un trabajoso perforar, de un lado al otro, de arriba hacia abajo, con un dedo primero, luego 2 y finalmente con su glande. Cuando su músculo era devorado por mi culo estrecho aunque sensible y deseoso, su mete y saca me hizo olvidar que había ...
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