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¡Hacéme lo que quieras!
Fecha: 24/08/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... gritado aterrada en el momento que ingresó triunfal, con todo y de un solo golpe. Rogaba que mi marido no me haya escuchado. Me dejé sodomizar con las piernas lo más abiertas que pudiera, con los codos sobre el lavarropas inutilizado, descalza, con la blusa sin ninguno de los botones por la brutalidad con la que me la quitó, con el corpiño ahorcando mi cuello un poco, la vagina goteando jugos de todos los orgasmos que él fue capaz de robarme con su pija inquieta, y con su mano que seguía presionando la bombachita de Vale en mi nariz. Cuando terminó de derramar la última gota de semen en lo más hondo de mi culo que pudo se vistió y saludó a Darío que cruzaba el patio camino a su galpón. Menos mal que estaba medio dormido y no, y no me vio arrodillada casi en pelotas, cuando justo se me ocurrió saborear un poco su pene impregnado de mi culo! Al rato los 3 tomábamos unos mates como si tal cosa, mientras Darío hablaba de despedir a su secretaria, porque al parecer faltó plata de la caja fuerte del negocio. Martín conservaba todavía el bulto hinchado bajo su bermuda, y a mí me latía el clítoris de deseo en perfecta armonía con mi culo. Sin embargo, alguna vez tenía que suceder. Estuvimos casi un año fabricando huecos para chuparnos, lamernos, dejar nuestros jugos en la piel del otro, cogernos con desmesura y fantaseando con que alguna vez Darío nos descubriera, o alguno de los nenes. El fin de semana previo a la entrega de diplomas de Mariano, en medio de un ...
... diciembre agobiante y espeso, Darío viajó a Uruguay para comprar insumos, y de paso visitar a unos primos. El sábado Martín amasó conmigo unos tallarines y, aunque parezca mentira no hubo ni una pizca de sexo entre nosotros. Comimos con los chicos, serví helado para todos, llenaron un balde con bombitas de agua y rajaron al patio a refrescarse. Martín dijo que vería un partido en la tele, y yo entonces me fui a tender las camas. Tenía planeado leer algo en la cama, o tal vez dormir un poco. Pero justo cuando cerraba las cortinas para que no entre tanta claridad, siento unas manos en el culo, y seguido un bulto compacto fregarse en él. Ya estaba en bombacha, presta para descansar, por lo que a Martín no le fue difícil tumbarme boca arriba sobre la cama, poseer mis tetas con sus labios audaces, lamer mis pezones mientras rozaba mi entrepierna y luego comerse mis pies con besos rodantes, cálidos y fogosos. Le pedí que se detenga, pues, la puerta había quedado abierta, y los chicos iban y venían por la casa. Me tranquilizó diciendo que estaban en el patio meta mojarse, y entonces liberó su pija colorada para que mi boca la lama, chupe, muerda, la acune y se la trague con un deleite tan especial como renovador. Lamí sus huevos, arañé sus nalgas, le escupí el calzoncillo y lo pajeé al tiempo que él escurría dos dedos bajo mi bombacha para tocar mi clítoris, lo que se le complicaba al estar parado. Acabó en mi boca luego de 3 envestidas a mi garganta fértil y atorada de saliva, y en ...