1. La mama de mi amigo y su culo


    Fecha: 03/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: flowhot, Fuente: RelatosEróticos

    ... piernas esbeltas, la tía estaba buena.
    
    -Sí, sí, primero nos hemos besado y mientras, yo me arrimaba contra ella.
    
    -¿Se te habrá puesto muy dura?
    
    -Sí, sí, como una piedra.
    
    -¿Te ha hecho una paja? –ella parecía cada vez más interesadas en mis escarceos con la morenita. A su insistencia me ponía cachondo.
    
    -Sí, sí, hemos extendido una toalla, nos hemos tumbado y me ha hecho una paja espectacular –le expliqué.
    
    -¿Con la boca? –me preguntó Alicia.
    
    -No, no ha querido. Tampoco me ha dejado llegar más lejos, quizá otro día me la folle, iré poco a poco
    
    - Así son las jovencitas, pero seguro que te la follas otro día, y me lo tienes que contar bien.
    
    Aquella noche Alicia me dio un beso en la mejilla y me mandó a la cama. Yo me fui caliente y me masturbé pensando en las tetas de la explosiva madre de mi amigo Eduardo. Si no hubiera sido tan pipiolo como entonces, me habría lanzado a por ella, porque seguro que estaba deseándolo pero ya os digo que yo estaba en la inopia.
    
    Dos días después de aquella conversación, Eduardo organizó una excursión en bicicleta. La idea era marchar hasta Gandía, llevar la comida en las mochilas, pasar el día por alguna de las playas de la zona y volver por la tarde. A mí aquel plan no me gustaba. No me seducía nada hacer tantos kilómetros en bici, habrá unos treinta desde donde estábamos hasta Gandía, con el calor. “Saldremos temprano”, me animaba Eduardo. “Y pararemos mucho, vamos a ser más de quince, y viene Inés”. “Yo prefiero no ...
    ... darme esa paliza en bici”, respondí. Y Alicia, su madre, me apoyó: “No seas pesado, Eduardito, deja al chico que se quede si no le apetece ir”. “Que haga lo que quiera”.
    
    La expedición se marchó a las nueve de la mañana. Yo me quedé en la cama hasta las 10:30. Cuando bajé a desayunar Alicia me había preparado un plato lleno fruta (naranjas, kiwis, melón y sandía), todo muy partido en pedacitos. Después, un vaso de leche con cereales. “Con ese cuerpazo que tienes debes desayunar bien”, me dijo Alicia, que se había puesto un bikini negro espectacular, llevaba un tanguita que dejaba al descubierto la mitad de su culo. Yo no le quitaba la vista. “Hoy podrías quedarte a tomar el sol conmigo en el jardín de la piscina en lugar de bajar a la playa. He preparado las dos hamacas a la sombra”. “Vale”
    
    Nos fuimos a tomar el sol al jardín, ella se tumbó boca abajo en la hamaca. Estaba para comérsela. “Hoy me vas a tener que dar tú la crema en la espalda, seguro que lo haces mejor que Eduardito”.
    
    Me puso un tubo de crema en la mano. “Venga que estoy esperando, desabróchame la parte de arriba del bikini que te será más fácil”. Yo empecé a acariciarle la espalda suavemente, bajé con mi mano hasta la cintura con mucha timidez. Me detuve cuando llegué al borde del tanga y me detuve, pero ella me animó. “Bájame un poco el tanguita, que hoy que estamos solos puedo tomar un poco el sol en el culete”. Yo le bajé un poco el tanga, sólo hasta la mitad de su culo y seguí acariciándola. Tenía ...
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