1. Sexólogo por un día


    Fecha: 29/08/2019, Categorías: Incesto Autor: alvaromarin, Fuente: CuentoRelatos

    Desde siempre he sido un asiduo seguidor de redes sociales y chats, gracias a ello he tenido la fortuna de conocer chicas agradables, y otras que la verdad no lo son tanto.
    
    En mi tiempo de universitario, rente un apartamento en esta nueva ciudad a la que tuve que desplazarme buscando la independencia de mi hogar y procurando un espacio propicio para desarrollar mis estudios, aunque a la postre resulto más bien un espacio propicio para otros menesteres de la juventud.
    
    Habiendo equipado mi nuevo hogar con lo necesario para mi nueva vida de independencia, pasé unos primeros días de aburrimiento, pues aun no iniciaban las clases en la universidad, no tenía servicio de internet y mucho menos tenía conocidos en la ciudad.
    
    Al iniciar las clases, mi interés no se centraba tanto en ser aplicado en las materias, sino en explorar ese nuevo mundo para mí, atrás habían quedado las niñerías del colegio, los besos escondidos y los sonrojos al ver alguna chica que me gustara, este mundo era algo nuevo, maravilloso y excitante. Mi universidad, se precia de ser una de las mejores de mi país, y no es de menos, la verdad es que es muy buena su calidad académica y estudiantil, y al decir estudiantil me refiero a todas esas universitarias hermosas que pasean por su campus exhibiendo una hermosa mezcla de belleza e inteligencia. Aun así, en mi clase la verdad no es que hubiera mucho de donde escoger, todas mis compañeras eran niñetas que se preciaban de ser muy inteligentes, y la verdad ...
    ... podrían serlo, pero les faltaba la belleza que sobraba en otras facultades, lamentablemente había inscrito todas las mis clases en la facultad de leyes y no matricule ninguna en otra facultad. Con el tiempo fui haciendo amistades entre los muchachos de la facultad y todos coincidíamos en la desdicha que nos había correspondido por estudiar en la facultad que menos mujeres hermosas tenía en todo el campus.
    
    Y así transcurrían mis días de universidad, entre lamentos y pesares, y aunque no faltaba que con algunas de las chicas de la facultad, se presentaran ocasiones para tener algún encuentro entre las clases, la verdad ninguna clasificaba como para invitarla a inaugurar mi nuevo apartamento.
    
    Habiendo contratado ya el servicio de internet, mis tardes las pasaba perdido en el Facebook, agregando a los amigos que había hecho en la universidad y como siempre mirando paginas porno dejando que mi imaginación volara deseando que una de esas actrices de los videos fuese una flamante compañera de la universidad que al fin había dado la talla para llevarla a aquel espacio en el que ahora vivía.
    
    Por aquellos días estaba muy de moda una sexóloga que tenía un programa de televisión en el que daba consejos sobre sexo a la juventud y que adicionalmente tenía una página en la que resolvía dudas a quienes se estaban iniciando en el extenso y muchas veces incomprensible arte de las labores amatorias. Fue viendo una página porno que apareció la publicidad de este consultorio al que por ...
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