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Dos héteros me sedujeron en una parada de autobus
Fecha: 02/09/2019, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues
... me dio agua. Luego se sentaron los dos a mi lado. Uno de un lado y el otro del otro lado. El flaco comenzó a acariciarme el cuello, como dándome un masaje, mientras yo bebía el agua. Obviamente yo ya tenía el guebo parado, pero traté de disimularlo. Aunque, ¿para qué iba a disimular si ya sabía a lo que iba? El moreno me quitó el vaso de las manos antes de tomarme el agua por completo. —A lo que vinimos pues. —le dijo al flaco. —Así mosmi. /mosmi: mismo/ Tanto uno como el otro me agarraron de la mano y me la pusieron en sus guebos. En menos de un minuto ya ambos tenían el guebo afuera. El guebo del flaco era largo, pero delgado. El del moreno era más pequeño pero grueso. Ambos eran venosos. No aguanté y me le fui de boca al guebo del negro, era tan jugoso. Mientras se lo mamaba, masturbaba al flaco. No duré dos minutos mamándoselo al moreno, el flaco me agarró del pelo y me puso a mamar. —No quieres dejar pa nadie, chamo. —decía el flaco. —Es que lo mama cartelúo, compa. /Cartelúo: bien, excelente / Compa: compadre/ Me levanté y me arrodillé frente al flaco. Se lo mamé como si lo fuese a dejar paralitico. Así estuvimos como unos diez minutos. Y mientras se lo mamaba al moreno, el flaco comenzaba a meterme mano en el culo. No aguanté dos pedidas y me quité el pantalón. —Este culito si se ve rico, vale. —decía el flaco con un tono tan morboso que me excitaba. —Mámaselo pa que veas cómo se pone como una perra. —le decía el moreno, mientras yo seguía mamando. — ¿Sisa, mano? ...
... —Sisa. —respondía el moreno. —Voy pa esa, entonces. El moreno se reía. Me encantaba la complicidad que tenía el uno con el otro, eran de esos amigos héteros que eran capaces de todo. Hasta de cogerse a un mariquito y seguir creyéndose héteros. Sentir cuando me mordía una nalga y después la otra casi me volvía loco. Yo me estaba dejando llevar más de lo que debía y no podía volverme loba cuando ellos no estaban totalmente extasiados. Esperé a excitarlos más. Le agarraba la cabeza al flaco para que me lo mamara más. Le decía que me encantaba, que siguiera y que no parara. Él me chupaba el culo un ratico, se detenía, me daba dos nalgadas y luego seguía chupando. A los cinco minutos ya estaba sintiendo cómo me estaba comenzando a meter el guebo. —Ya va, ya va, ponte un condón primero. —Qué condón ni qué condón. Abre ese culo es lo que es. Estaba tan excitado que obedecí sin poner presión. Puse mi cabeza en el sillón y abrí mi culo de par en par. El moreno se puso a un lado para que le mamara el guebo mientras el flaco me metía la cabeza. Eso hice. Me abrí las nalgas con las dos manos. El flaco escupió en mi culo y mientras lo metía echaba saliva. Cosa que me encantaba porque lo que hacía con eso era lubricar bastante. Y así entraba mejor. —Uff —se me salió de los labios. —Ahhh, ¿Es que así te gusta, no? —preguntaba el moreno. —Uff, síiii. Así. Así, lento. — ¿Te gusta, perrita? —me preguntaba el flaco acercándose a mi oreja. — Uff, sí, me encanta así. Ah, ahh. —mientras yo decía esto ...