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Ya soy el puto del equipo (XV)
Fecha: 04/09/2019, Categorías: Microrelatos, Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... compañía del otro. Ambos comenzamos a tener erecciones, aunque cada uno de nosotros tenía que ayudar al otro un poco hacia el final. Leoncio tenía una gran polla y realmente disfruté ayudándole a conseguir la erección total desde una posición semi dura hasta una dura y completamente extendida También se demoró un buen rato intentando levantar mi polla, motivo por el que supongo que el sentimiento fue mutuo. Con un fuerte abrazo nos tumbamos en la alfombra sin necesidad de buscar espacio porque los demás no habían elegido todavía, por eso nos revolcamos primero para tocarnos del todo uno al otro. Leoncio dijo que quería chuparme la polla y que lamentaba que tuviéramos que usar condones; me dijo que realmente le gustaría tragarse mi semen. Dije que me sentía de la misma manera, pero al menos en ese momento los dos nos pusimos los condones y rápidamente nos pusimos en una posición de 69 de plano, uno sobre otro. Cada uno de nosotros comenzó a lamer y chupar las pelotas antes de comenzar a chupar de verdad la polla. ¡Joder, cómo estaba su boca de caliente! Hizo que mis pelotas se revolvieran para realizar un gran trabajo, tal como lo hice con él, y luego cada uno comenzamos con la polla del otro. Leoncio era obviamente un experto chupador de pollas y con frecuencia me tenía a punto de correrme, intercalaba espacios de quietud solo para aflojar un poco mi tensión, dejar que me calmara y luego comenzar de nuevo. Yo también quería hacer que durara, así que dupliqué su misma ...
... rutina. Ahora bien, lo que nos llevó a ambos al límite, fue cuando decidimos jodernos el culo del otro. Ninguno de los dos habíamos insertado un dedo durante más de uno o dos segundos antes de que alcanzáramos el clímax y disparásemos nuestra cuarta eyaculación de la tarde-noche en nuestros condones. Cada uno de nosotros continuó chupando la polla del otro hasta que quedamos totalmente lasos. Entonces, permitimos sin ganas liberar las pollas de nuestras bocas. Esta vez me levanté primero, ayudé a Leoncio a levantarse y ambos, cogidos de nuestras queridas nalgas por detrás de la cintura, nos dirigimos hacia los baños. Leoncio, sin prisa, entró conmigo en el baño y nos quitamos el condón y, sin decir una palabra, empezamos a lavar la polla. Cuando finalmente decidimos que la polla del otro estaba lo suficientemente limpia, ¡estábamos los dos empezando a tener otra erección! Nos abrazamos con fuerza mientras intercambiamos besos húmedos. Luego Leoncio me susurró al oído: — Doro, esta ha sido mi primera vez en toda mi vida que he hecho una orgía, pero sé que las reglas son porque se desea que todos nos vayamos por separado y no nos veamos de nuevo. ¡Creo que es una regla estúpida! Realmente disfruté de volver a tener sexo contigo y me gustaría que estos días nos embarremos del todo. Lo miré, sonreí y dije: — ¡Leoncio, nada me complacería más! Creo que haberme corrido cuatro veces en una tarde está por encima de mis posibilidades, ya no sé qué podré hacer hasta mañana ...