1. La historia de Ana (Capítulo 3)


    Fecha: 04/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... pedí Gabi… ¿viste algo?
    
    Tardé en darme cuenta de a qué se refería, hasta que recordé que me había pedido que le informe si Ana salía por las noches.
    
    β€” La verdad que no la vi salir en ningún momento, salvo para comprar algo. β€” Le dije. En realidad, era la verdad. En los diez días que estuvieron peleados Ana no salió por la noche. Sin embargo, sí recibía visitas en su departamento. Yo mismo tuve la suerte de calentar su cama mientras Andrés estaba quien sabe dónde.
    
    β€” Bueno gracias. Ojalá que ahora estemos bien por mucho tiempo. β€” dijo, con una sonrisa melancólica.
    
    De repente llegó Ana, saliendo del ascensor. Era un día primaveral, así que llevaba una pollera celeste, suelta, y una blusa blanca. Su pelo castaño ondulado aparecía suelto. Me saludó con un movimiento de cabeza, haciéndose la tonta, y luego se dirigió a su novio.
    
    β€” Hola mi amor. β€” se abrazó a él, y le dio un innecesario beso de lengua. β€” Vamos. β€” dijo. Era evidente que le resultaba incómodo estar con su novio y su amante juntos.
    
    β€” Dale, vamos. Chau Gaby. β€” dijo Andrés, mientras era llevado de los brazos por Ana, casi a rastras. Pero de repente, justo antes de cruzar la puerta, paró. β€” Ah esperá amor. β€” le dijo a su novia, y se acercó de nuevo a mí. β€” Gaby ¿a vos te gustó el concierto al que fuiste la otra vez, no?
    
    Me acordé del concierto. Salvo por la presencia de Andrés, me había resultado aburrido. Además, tuve que soportar verlos haciéndose mimos, y luego se fueron con sus amigos, y me ...
    ... dejaron plantado.
    
    β€” Sí, me gustó. β€” Mentí.
    
    β€” Tomá. β€” dijo Andrés, sacó un papel de su bolcillo. Era una entrada para un concierto. β€” Si podés andá a verla. Tocan Mozart. β€” Dijo.
    
    Ana me miró mientras Andrés todavía le daba la espalda. Movió la cabeza, como diciendo no aceptes. Se la notaba muy incómoda. Me daba gracia.
    
    β€” Dale, justo mañana tengo franco. β€” contesté, agarrando la entrada.
    
    2
    
    Esa noche chateé con ambos. Mientras Ana trataba de convencerme de que no era una buena idea que vaya al concierto, Andrés me proponía que viajemos juntos al Teatro Avenida, que era donde se daba la función. A ella le contesté que no sea tonta, que debíamos actuar normalmente para que no sospeche nada. Y a él le contesté que me parecía fantástica la idea de viajar juntos.
    
    Era un domingo soleado. Bastante caluroso. Me vestí con una camisa azul con lunares blancos, y un pantalón de jean bien planchado, era lo más elegante con que me podía disfrazar. Andrés apareció con un traje gris, elegante, camisa blanca, impecable, sin corbata, y zapatos bien lustrados. Despedía la fragancia de un perfume importado. Era delgado, rubio, y a pesar de ser hombre, yo era capaz de admirar su belleza, y sabiendo que se trataba de un chico amable e inteligente, podía comprender por qué Ana lo prefería, al menos en una relación formal. Ella llevaba un vestido negro, ceñido, que le llegaba un poco por encima de las rodillas. No tenía escote, pero los pechos se marcaban en la delicada tela. Un cinturón ...