1. Don Arturo un hombre con suerte


    Fecha: 07/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Johnny2009, Fuente: CuentoRelatos

    ... podría haber matado por uno de sus besos en aquel momento.
    
    En varias ocasiones había visto a mi padre relamerse ante su figura y buscando una sola oportunidad de comerse ese cuerpito pero no tuvo suerte ya que Pedro su marido parecía ser demasiado aprensivo con ella, le gustaba que se mantuviera al margen de toda conversación con los vecinos puntos que ella acataba parcialmente y de allí supongo las continuas discusiones que se oían al pasar.
    
    Pedro trabajaba como capataz interino de los catangos, guarda hilos y cambistas de las vías y aparentaba ser un tipo demasiado recto, de pocas palabras y de un carácter poco amigable, algo que hacía sentir molesto a los demás siendo que todos o al menos la mayoría cultivaban una hermosa amistad.
    
    A los pocos meses de su estadía comenzó a correr un rumor como reguero de pólvora en todo el pueblo y mientras las mujeres se paraban a conversar en las veredas, los hombres se babeaban por María cuando disfrutaba de sus eventuales caminatas matutinas o realizaba sus compres en el almacén cuando estaba lleno de clientes.
    
    Una tarde después de la obligada siesta para no molestar a papa me junte con unos amigos para ir a jugar a la placita, el sol aún estaba muy fuerte pero nosotros igualmente nos manteníamos entretenidos armando los improvisados arcos con algunas piedras.
    
    Un movimiento entre las sombras de los frondosos árboles de enfrente atrajo mi atención, pero al mirar fijamente veo que es María que se encaminaba directamente ...
    ... hacia el almacén de don Arturo.
    
    —Tan temprano? —me pregunte sabiendo que siempre hacia los mandados al caer el sol, pero un hilo de sospecha me surgió en aquel momento y sin alertar a los demás decidí seguirla.
    
    Al llegar a la puerta el negocio aun permanecía cerrado pero el pequeño golpe de su manita alerto a don Arturo quien abrió de inmediato para hacerla pasar muy gentilmente.
    
    Yo me llegue en silencio hasta la edificación, las cortinas metálicas estaban a media altura y aprovechando la sombra me ubique sobre el vidrio para ver qué pasaba en el interior del local. Sabía que don Arturo se desvivía por atenderla pero nunca imagine lo que pasaría después.
    
    Desde allí no podía escuchar la conversación pero parecían disfrutar del momento por la reacción de sus caras, él tomo su canasta e inmediatamente comenzó a llenarla de mercadería mientras ella miraba los movimientos del hombre que iba y venia y al pasar muy cerca le rosaba sus cadera o apretaba sus muslos mordiéndose los labios por una lujuria contenida y a punto de estallar.
    
    Luego se pusieron de frente y el tomo de los hombros luego deslizo la mano por su espalda y ella con una sonrisa acepto la invitación para ir a la trastienda.
    
    En ese momento yo hervía de curiosidad e imaginando lo que pasaría me excitaba sobre manera, así que corrí hasta el final del terreno y salte la ligustrina. Una vez adentro camine agachado buscando un lugar estratégico donde ubicarme hasta que oí voces y supe que se encontraban en ...