1. Emilio (El rufián - 2ª parte y regreso a San José)


    Fecha: 14/09/2019, Categorías: Hetero Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    Se acercó con todos los artilugios que encontró en el cajón y se lo pasó muy bien disfrutando de LuisMi, según marcaba Pepe. Pero no podía dejar de mirar a Emilio, que tumbado, balanceaba la cabeza completamente abandonado al placer que le producía sentir a Santiago entrando y saliendo de él.
    
    Mirando al cielo, y con una expresión de felicidad en el rostro, que no dejaba lugar a dudas, se lo estaba pasando en grande.
    
    Mientras tanto, LuisMi movía el culo pidiendo más caña con esos dildos. Pero, el capi, sin poder contenerse por mas tiempo, se acercó a Emilio, y engulló su rabo con verdadero entusiasmo; y poco a poco, mientras Santi le atizaba con toda su dulzura en el ojete, empezó a desbocarse y a gemir sin ningún control; provocando que, a partir de ahí, todos entraran en una especie de trance.
    
    Entre las sombras de una noche, que empezaba a caer lentamente, se entregaron al desenfreno mas absoluto. Hasta que, el capi, en un momento de lucidez, se despegó de Emilio; y entró en la cabina para encender la luces.
    
    Después, se quedó mirándolos durante un buen rato... y terminó haciéndose cargo de la embarcación y poniéndola rumbo al puerto deportivo de Aguadulce. De vuelta a casa.
    
    En media hora, mas o menos, ya estaban aparcando en el sitio que tenían reservado para el yate. Y Dani convenció a LuisMi, para que le acompañara a encargar la cena.
    
    Entre Pepe y Santiago mantuvieron al chico calentito; acariciándole aquí y allí...
    
    - ¿Qué tal, niño?, ¿estás a ...
    ... gusto?
    
    - ¡Genial, Pepe!…
    
    - ¿y tú, Santi?
    
    - ¡Calentorro, Pepe! ¡Muy calentorro!…
    
    Emilio cogió a Santiago por la cintura, y se abrazó a él; y le dio un beso, mirando a Pepe, que no le quitaba la vista de encima. Esperando la cena, dejó que le manosearan, mientras hablaban de si quedarse a pasar la noche, o volver a S. José, porque a Pepe no le gustaba coger la lancha por la noche.
    
    Y cuando Dany y LuisMi aparecieron, Pepe no pudo evitar abrir la boca...
    
    - ¿Y la cena?
    
    Dani, le miró y...
    
    - Cenaremos en el apartamento de LuisMi. Le hemos encargado la cena a Alberto.
    
    - Y nos la subirá Juan Antonio, dijo LuisMi; dándole un codazo a Pepe.
    
    - ¿Sii?… pues, creo que eso me gusta, ¡mira!…
    
    Cuando, por fin, decidieron abandonar el yate. Fueron a casa de LuisMi, que tenía un apartamento, con ático, en el mismo edificio en el que estaba el restaurante.
    
    Y a las 23:10, llamaron a la puerta.
    
    Enseguida salió el anfitrión...
    
    - ¡No sabes cuánto me alegro de verte, Juansi!, ¿cuándo llegaste?
    
    - El lunes pasado, Sr…
    
    - ¡Ah!… ¡qué bien!
    
    - Me ha pedido Alberto que les suba la cena; y en este carrito les traigo algunas cosas… lo que falta lo trae Eugenio, en otro carro. Ya sabe que el jefe le aprecia mucho, D. Luis. A Vd. y a toda su familia…
    
    ... ¡por cierto!, ¿qué tal están?...
    
    - Muy bien ¡claro!... pero, ¡pasa!, ¡pasa!, no te quedes ahí…
    
    El camarero empujó la mesita, con ruedas, en la que llevaba parte de la cena y entró en el salón…
    
    Por la otra ...
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