Emilio (El rufián - 2ª parte y regreso a San José)
Fecha: 14/09/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... ¡jajaja!
Daní le acompañó, mientras comían algo, y luego fue a dejar el plato en la mesita y volvió con él. Le paso la mano por la espalda y...
- ¿Te apetece un masaje?…
... soy un verdadero experto y pareces cansado.
Emilio, no dijo ni si, ni no, pero Daní entró a por una toalla y salió dispuesto a dárselo.
- ¡Anda, ven!, ¡túmbate boca abajo! (indicándole la toalla que había colocado en una de las tumbonas, que tenían cerca).
Pero, oyeron la voz de LuisMi, pidiéndoles que se acercaran a la mesita para iniciar un brindis...
Santiago, ya había empezado con las cigalas, y tuvo que limpiarse las manos, para coger la copa que le ofrecía Pepe.
- ¡POR NOSOTROS!, dijo LuisMi…
- ¡¡POR NOSOTROS!! al unísono…
Pepe, que se había sentado en un cómodo sillón de mimbre, lo acercó a la mesita y empezó a prepararse un buey de mar, con el oporto sobrante de la primera botella, y Dani y Emilio volvieron a la barandilla, llevándose un plato de pescaitos y otra copita de oporto.
Luego, el capi entró a por el aceite con aloe vera, que siempre llevaba en su bolso, y regresó con Emilio.
- ¿Cuál quieres?, ¿el de mango, o el de piña? Había cogido un par de zumos del frigo.
- ¡Prefiero el mango!…
Terminó con la copa de oporto y dejó la botellita de zumo en el suelo. Se dejó caer en la tumbona y esperó las manos de Dani, colocándose lo más cómodamente que pudo…
Santiago, estaba muy cansado, y por eso, se colocó de espaldas a ellos, cogiendo una tumbona para ...
... tumbarse y descansar mirando al cielo.
- Hoy las estrellas no son tantas (pensó)
Sin embargo, tanto Pepe como LuisMi, tenían marcha de sobra, y aprovechaban el descanso para ponerse ciegos…
Ya era la 01:00; y esos chicos no habían subido.
A Pepe, el rubiales le había impresionado tremendamente. Con esa cara de golfillo y ese cuerpazo… y ese culito tan aparente, que parecía insinuarse cuando lo movía, al andar, le tenía en el bote.
Se lo comentó a LuisMi, que le entendió enseguida, y le dijo…
- ¡Tranqui, cuñáo!, que esa va ser la guinda de este pastel. A mí también me ha puesto muy burro ese mocoso con cara de jefe.
Mientras, al fondo, junto a la barandilla, Dani aprovechaba cada movimiento de sus manos y presionaba sobre ciertos músculos, para conseguir que Emilio se relajara...
No podía evitar el deseo de poseerlo. Y por eso, a veces, inconscientemente, se le iban las manos bajo la tela...
Giró la cabeza, para ver que hacían Pepe y LuisMi; y los vio comer mariscos, sin reparar en ellos lo más mínimo. Seguramente desde allí no se les veía, pensó acertadamente...
Y entonces se acercó a Emilio y le dijo al oído…
- ¡Voy a quitarte esto! ¿Vale?
… y esperó un ratito para ver como reaccionaba.
- ¡Bueno!, ¿a qué esperas?, dijo Emilio, girando la cabeza y mirándole…
No se había dormido…
- ¡Qué bien!, pensó Dani… y suspiró.
Le quitó el pantaloncito, poco a poco, y acercó la nariz... respiró profundamente... y disfrutó de su aroma, una y ...