1. La carta, el fin de un amor (parte 1 de 3)


    Fecha: 05/09/2017, Categorías: Incesto Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuarenta, trabajo ahora por mi cuenta, lejos de la empresa de electrodomésticos, el otro día, al llegar a casa entre tantas cosas, Romina me dijo
    
    Juan, me olvidaba, llegó una carta para ti, es raro… creo que es de Canadá, conoces a alguien allá? No quise abrirla… debe ser un error, aunque la dirección y tu nombre son correctos…
    
    Me paralicé en ese momento, ‘Canadá…’, traté de sonar casual y respondí como sin dar importancia a la pregunta
    
    Debe ser un error… Canadá dijiste?
    
    Fui con discreción y rapidez por el recado, lo tomé y me aseguré de guardarlo, eso era algo de mi pasado, un pasado que mi mujer ignoraba…
    
    Fui a tomar una ducha, mientras el agua corría por mi rostro reviví en minutos mis años con la mujer de mi vida, los mejores momentos, los malos, lo dulce, lo agrio, mi amada Micaela, como la echaba de menos, cuanto la amaba.
    
    Y ese sobre, esa carta… y si acaso me dijera que aún me amaba? Y si me pidiera que fuera a Canadá su lado? de seguro tomaría el primer avión y lo intentaría nuevamente, hubiera cambiado solo un segundo a su lado por el resto de vida que tenía por vivir…
    
    Una erección me sorprendió bajo la ducha, empecé a ...
    ... masturbarme, mi amada Micaela, mi petisa de rostro pecoso, eyaculé con fuerza manchando los cerámicos de la pared.
    
    La voz de mi esposa me trajo de vuelta a la realidad
    
    Juan, todo bien? hace media hora que estás bajo el agua…
    
    Si! si… ya salgo…
    
    Contesté y cerré el grifo con premura, con la inocencia de un niño al que lo sorprenden haciendo una travesura, pobre Romina, ignorando todo, jamás hubiera querido romperle el corazón, pero uno no elige, uno solo actúa…
    
    Me sequé con premura, me cambié y le dije a Romina que salía un rato a hacer unas cosas, unos trámites que tenía pendientes, esto era algo normal en mis tiempos así que ella no sospecharía nada.
    
    Caminé a un bar, a un par de cuadras de casa, con la carta en mi bolsillo, me senté en un lugar apartado, discreto, a media luz, pedí una cerveza mediana, saque el sobre que ya estaba ajado por tantos manoseos, al fin, esa carta, el corazón me palpitaba, la abrí, la letra manuscrita de mi petisa quedaron vivas ante mis pupilas…
    
    Querido Juan, tanto tiempo ha pasado…
    
    CONTINUARA
    
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