1. Esto es la vida


    Fecha: 21/09/2019, Categorías: Fetichismo Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    ... de quien. Elena lo sabe porque yo se lo dije. Me maldijo hasta el cansancio e intento separarme de Daniela. No lo logro para suerte mía, muy al contrario reafirmo el amor que mi nena siente por mí. Dejo a su novio para dedicar toda su pasión a mi persona es algo que agradezco y me hace sentir orgulloso. El día que me lo conto creía que estallaría de felicidad su amor y su cuerpecito pasaron a ser enteramente de mi pertenencia. Fue tanto mi dicha que destape una botella de licor y tomamos un par de copas bailamos al compás de una melodía lenta y romántica y frotamos nuestros sexos llenos de deseo. El ambiente se había tornado propicio y comencé a despojarla de su ropa ahí, en la intimidad que nos brindaba la sala de nuestro hogar. El vino había hecho efecto en Daniela y sonreía por cualquier causa. Besé su cuello mientras terminé de desabotonar su blusa. Sus pechos danzaban en el mío retenidos tan solo por su sostén. Puse mi frente en la de ella y besé sus labios suavemente, sus ojos castaños brillaban llenos de deseo. Y me miraban con ternura. Nuestras bocas al juntarse se desataron en unos besos profundos y glotones. Había liberado su falda del botón y el cierre, y esta cayó al piso. La levante en brazos y la lleve a la recamara, tendida en nuestro lecho, le arranque el sujetador y las pantaletas, y la contemplé embelesado, mientras me desnudaba.
    
    Daniela era una preciosidad con sus 18 años a cuestas, figura perfecta. Sus hermosos senos de simétricas proporciones, que me ...
    ... provocaban un enorme placer. Su rostro acusaba una candidez encantadora; su aliento era suave con un exquisito aroma difícil de describir como perfume de grata fragancia, y su piel fina solo comparada con el terciopelo. Daniela era consciente de sus encantos, y alzaba su cabeza con vanidad y coquetería, como solo pudiera hacerlo una mujer tan linda como ella. Al subirme a la cama Daniela abrió las piernas indicándome de que manera deseaba ser poseída. Daniela pudo observar mi largo y grueso mástil, la mata de negros pelos rizados de donde emergía, mi desafiante y rígida verga, la cabeza de forma cilíndrica que sobresalía en extremo, roja y brillante, que ansiaba el contacto con su cuerpo. Incapaz de resistir la tentación la tomó entre sus manos.
    
    La apretó, la estrujó, y deslizó hacia atrás los pliegues de piel que la cubrían, que suave la piel de su manos y que gata sensación me producía. Mi verga engordaba y crecía más y más por efecto del excitante cosquilleo al que al que era sometida. Apenas podía soportar semejante manoseo.
    
    —Espera un momento. Si sigues frotando de esa manera me voy a venir, será mejor retardarlo todavía un poco.
    
    Daniela también estaba terriblemente excitada. Susurró tiernas palabras invitándome a poseerla dado el efecto que le causaba mi instrumento y su vigorosa rigidez entre sus piernas.
    
    —quiero una abundante cantidad de leche, padre mío, sentir tu caliente descarga derramarse dentro de mí. Sus palabras que eran una súplica y la estampa ...
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