La presencia de un ángel - Relatos Eróticos

La presencia de un ángel

... estaba entregando a alguien por amor al fin había pasado algo que yo creía que jamás pasaría, amaba a alguien y él me correspondía Me tomó por la cabeza y me besó después me dijo que me pusiera en 4 y con su dedo del medio bien ensalivado empezó a darme placer al principio era una sensación muy dolorosa se sentía horrible al principio, pero poco a poco el placer se fue abriendo paso una vez que su dedo medio me entró por completo empezó a jugar con su lengua eso era aún mejor que el dedo a la par su mano me masturbaba. Después de un rato me intentó meter el dedo medio y el índice con mucho esfuerzo ya que no cabían yo gemía mucho y de nuevo el dolor se abría paso, luego de más o menos 5 minutos al fin entraron los dos dedos y dijo: José. – Ya estás listo Me sacó los dedos que después de tanto tiempo y con tanto esfuerzo logro meter, escuche un escupitajo y me dijo: José. – Sé que esto te a doler y mucho, pero créeme el dolor no se compara con el placer que vas a sentir Yo. – Si tú lo consideras esta bien para mi Parecía saber mucho del tema para haber sido heterosexual en su anterior colegio no quería arruinar la magia del momento así que no pregunté. Algo que me tenía muy preocupado era como me iba a encajar esos 18 cm si apenas había soportado los dos dedos y me dijo: José. – Listo Isra ahora si empieza lo bueno Pude sentir la cabeza de su pene en la puerta de mi ano y como la metía dentro de mí, me dolió muchísimo y apenas era la cabeza y le dije: Yo. – José espera dame ...

... unos minutos para reponerme Él accedió después de unos dos minutos con la cabeza de su pene dentro de mi dijo: José. – Lo siento, pero esto me va a doler más a mí que a ti al saber que te hago daño, pero lo siento si seguimos así no vamos a terminar ni mañana Isra. Me metió el boxer que le había prestado en la boca me agarro por el cabello con su mano derecha y con la otra cerraba mi boca temí lo peor y así fue me encajo el resto de su pene en una sola envestida. Yo en ese momento sentí que me partí en dos en un segundo pasé del placer del cielo al dolor y agonía del infierno, no podía parar de gemir y llorar además ni siquiera pude gritar me sentía ahogado empecé a llorar enserio y me dijo: José. – Lo siento Isra era algo que tenía que hacerse Me sacó de la boca el boxer y me dio un beso a modo de consolación, pero nada podía reconformarme en ese momento solo quería que eso terminara y le dije: Yo. – José esto puede terminar aquí A lo que él respondió José. – No puedo Isra sé que después me agradecerás no haberlo dejado hasta aquí Yo. – Esta bien aguantaré hasta que se termine Nos recostamos sobre la cama yo aún tenía su pene encajado en mi ano así que el levantó mi pierna y empezó a bombearme muy despacio y aun así me dolía mucho , sentía que mi ano ardía, pero sin darme cuenta mi pene esta totalmente erecto y empezaba asentir el placer del que había hablado José pasaron unos 5 minutos bombeándome despacio y mi ano se acostumbró y él se dio la vuelta abrió mis piernas y lo ...