1. Emputecimiento (II): Lunes por la mañana


    Fecha: 25/09/2019, Categorías: Primera Vez Autor: eli{DS}, Fuente: CuentoRelatos

    ... vence y casi al instante apaga la mirada. Parece mentira, pero este simple acto de sumisión y entrega me ha puesto más cachondo que todo lo anterior. Empiezo a envidiar a Pedro.
    
    - ¿Señor? -reacciona ella asombrada y confusa.
    
    - ¿Te dijo Olga algo sobre la cama? -respondo como a quien se le está acabando la paciencia-.
    
    - ¡Oh...! Sí, disculpe Señor, me dijo que usara siempre un juego de sabanas de papel -reacciona ella como quitándole importancia a su falta.
    
    - Ahí, tienes -le digo mostrándole el lugar donde se guardan-. Asegúrate de que la bolsa de plástico esta entera antes de abrirla tú. Si está rota o abierta coge otra. No te eches nunca sobre la cama sin poner tu misma un juego limpio. Hay también un cubre almohada y una toalla de papel. ¡Úsala con el cliente! -le ordeno tajante y sin dar lugar a excepción alguna.
    
    - Comprendo, Señor -me responde claramente avergonzada.
    
    - Ahora puedes levantarte -le ordeno distante y despreocupado-. ¡Vístete!
    
    Evidentemente, uno no es de piedra y en mi estado de excitación follármela es lo que me pide el cuerpo, pero también sé, que de hacerlo, no podría dar marcha atrás y mi excitación delatarían mi necesidad sexual hacía ella. Ya sabemos que si una mujer te quiere tener pillado por los huevos, ...
    ... nada mejor que conseguir hacerte beber los vientos de su coño. Magda me interesa, no tanto de puta como de sumisa y en este sentido, perder el menor ápice de autoridad sería fatal para mis deseos. No me queda otra que reprimirme ahora y volver esta noche a casa de Olga para descargar de nuevo.
    
    - ¿Señor?, ¿Hice algo mal? -pregunta la puta sorprendida.
    
    - No, simplemente ¡Ya está! -le respondo mostrando entereza y desdén-. ¿Creíste que quería follarte? Je, je, je… Pues aún no. Simplemente quería que conocieras esto. ¡Mira!, ¿Ves aquel cuadro de la mujer desnuda?, Al lado hay una mirilla -añado como si estuviera desvelando el gran secreto-. Desde ahí puedo ver toda la habitación. Estate tranquila, no miraré como te follan. Si tienes algún problema aprieta este botón junto a la mesilla. ¡Hazlo! -le ordeno tajante-.
    
    - ¿Ves? -le digo indicando con la mirada la dirección en la que se encuentra la lucecilla que se acaba de prender-. Se enciende la luz y otra en mi oficina. Y junto a la registradora de Olga también. Enseguida te ayudaremos.
    
    Y ahora, ¡Venga!, ¡A trabajar!, ¡Vamos! Que se hace tarde ya -le apremio dando por zanjada la inspección-. Pregúntale a Olga lo que no sepas. Y ¡Cuidado con las chicas! Vete despacio hoy y fíjate en las otras.
    
    FIN 
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