1. NUEVAS SENSACIONES 5 (EL SABOR DEL INCESTO)


    Fecha: 29/09/2019, Categorías: Incesto Autor: efeso, Fuente: RelatosEróticos

    ... palpé y comprobé su dureza, era extraordinaria, apreté con mis dedos índice y pulgar sus pezones y ella lanzó un primer gemido de placer, llevé mi lengua hasta ellos, comenzando por la aureolas, y tocando de vez en vez sus inflamados puntos rosas, deglutí cada uno de ellos sacando de su garganta un sinfín de sonidos guturales, cuando apretaba sus pezones con mis labios ella arqueaba su espalda, disfrutando de las sensaciones que le causaban mis caricias. Me harté de esas chichitas y mis manos se dirigieron al broche de su pantalón, ella me ayudo bajando el zipper, y la senté en el sofá.
    
    Me puse de rodillas para extraer sus zapatillas y darle un pequeño masaje en sus hermosos pies de color blanco y rosa. Bese cada uno de sus deditos y ella respondía con jadeos al momento que ponía en blanco sus preciosos ojos inyectados de lujuria. Como pude fui jalando su apretadísimo pantalón, no separando mi vista de lo que poco a poco iba apareciendo frente a mí. Una vez logrado el objetivo me dedique a observarla, a estudiarla, a mirarla y a adorarla, recorrí con vehemencia por primera vez ya sin temores esas piernas que aquel 5 de enero casi me vuelven loco, las masajeé hasta el cansancio recorriendo cada centímetro de esas hermosas pantorrillas y dándole besitos en la parte interna. Mis labios comenzaron a subir hasta tener de frente un precioso triangulo cubierto con un pequeño calzoncito de algodón blanco que mostraba ya una abundante mancha de humedad en la parte baja, olí y ...
    ... absorbí ese delicioso perfume llevando mi lengua hasta el punto justo donde se encuentra su clítoris, ella se estremecía en espasmos de placer, separe sus piernas y lleve mis dedos para darle un ligero apretoncito en el pequeño montículo que se marcaba y ya no pudo más, aulló y lanzó unos ahogados chillidos anunciando su primer orgasmo de la noche, la deje 2 o 3 minutos a que se relajara y volví a la batalla, tomé el elástico de su prenda íntima y lo deslicé hacia abajo levantándole un poco las piernas para poder sacarlas por completo, nuevamente separé sus perfectas extremidades y el panorama que vi, fue simplemente fenomenal. Una preciosa rajita de color rosa emanaba abundantes jugos semitransparentes y blanquecinos, palpitaba de una forma que me hizo imaginar un pez abriendo y cerrando su boca, comencé deslizando mi dedo índice a lo largo de aquella cueva de placer frotando delicadamente su clítoris al tiempo que ella apretaba con sus manos la tela que cubría el viejo sofá. Jugueteé con esa rubia línea de vellitos que apenas cubría su monte de Venus haciendo un poco de presión para arrancarle más y más gemidos de placer. Sus jugos ya llegaban hasta su rosado culito apretado, cual recipiente que invita a beber su contenido. Acerqué mi cabeza hasta rozar con la punta de mi legua su inflamado cuponcito y ella comenzó a sacudirse de forma desesperante jalándome mi cabeza hasta casi asfixiarme con su propio cuerpo, diciéndome con voz entrecortada:
    
    Yaaaa!!!! Yaaaa!!!!!!!!
    
    Pero ...
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