1. Carla cambió mi vida


    Fecha: 02/10/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: robertox, Fuente: CuentoRelatos

    ... mucha experiencia en esto, así que ve guiándome y dime dónde sientes más placer —dije yo mirándola pícaramente.
    
    —Claro que sí Roberto, yo te enseñaré cómo hacerlo. Ven aquí cariño —y nos dimos un morreo antes de empezar—.
    
    —Allá voy.
    
    Tumbé a Carla sobre la cama y me incliné hacia su depilada vagina y lo primero que noté fue que estaba mojada y lubricada. Me acerque más y el olor ya me estaba inundando (no sabría describirlo pero me tenía engatusado): comencé besando su zona púbica, llenándola de caricias y mimos con mis labios; después empecé a lamer sus labios vaginales con mi lengua y el sabor que noté me encantó, al principio no sabía muy bien que hacer pero ella me dijo que empezase primero con el clítoris porque a ella le daba más placer.
    
    Besaba y lamía su clítoris, noté como se ponía duro y creció un poco (cosa que me excitó más). Sus gemidos crecían en volumen gracias a mi lengua: la movía hacia los lados, en círculos, de arriba abajo, dibujaba múltiples formas distintas mientras estaba hincado en su vagina y sujetaba su culo con mis manos.
    
    — ¡AAHH! Roberto sigue así, lo estás haciendo muy bien. No te detengas y dame un orgasmo cariño. ¡UUHH! ¡SÍ!
    
    Sus gemidos me indicaban que lo estaba haciendo bien y me encantaba oírla gemir de esa forma mientras pronunciaba mi nombre. Continué con mi labor y procedí a penetrarla con varios dedos mientras seguía estimulando su clítoris.
    
    Ella gimió más aún cuando el mete saca de mis dedos y mi lengua jugando con su ...
    ... clítoris se unieron al unísono. Notaba como su cuerpo se contraía y su vagina producía más fluidos que no dudaba en probar. Tras veinte minutos comenzó a tener espasmos y sus gritos eran muy fuertes, iba a tener un orgasmo.
    
    — ¡Sigue así Roberto! ¡Me voy cariño! No puedo más…
    
    De pronto todo su ser se contrajo sobre mí boca y todos sus fluidos acabaron en mi cara. Me encantó verla de esa forma y no dudé un solo instante en acercarme a ella y besarla con pasión mientras mi miembro erecto rozaba su vagina.
    
    —Sigue cariño, me encanta. Chúpale las tetas a tu querida Carla, dame más. Te quiero sólo para mí.
    
    —No lo dudes mi reina…—decía mientras masajeaba y besaba sus preciosos pechos—. ¿Quieres que te la meta toda?
    
    — ¡Si! Por favor quiero sentirte dentro de mí. Dale placer a tu mujercita, soy tuya.
    
    Dicho eso procedí a succionarle sus bonitos pezones rosados, mis labios jugaban con sus pezones, intentaba abarcar con mi boca el máximo espacio posible de sus pechos y haciéndolos míos. Podía escuchar su corazón, tenía las pulsaciones disparadas y con sus brazos me apretaba contra ella murmurando palabras que no entendía.
    
    Proseguí con mis caricias y besos por su vientre, recorriendo cada centímetro de él. Lo besaba con ternura, me restregaba contra ella; quería sentir cada contracción suya y su suave piel contra la mía. Baje un poco más y volví a estimular su clítoris que ya estaba de nuevo lubricado y duro para mí. Me puse de rodillas sobre la cama y abrí de piernas ...
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