1. Fantasías deliciosas


    Fecha: 04/10/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... por suerte no vivían tan lejos. Mariela agregó que si los llevábamos a casa nos darían un buen regalo para agradecer nuestra hospitalidad, y tanto Vani como yo nos reímos algo inciertos.
    
    Esperamos una hora hasta que al fin llegó la grúa y los mecánicos. Menos mal, pensaba para mí, porque ya había notado que a Daniel se le abultaba el pantalón de tanto relojearle las gomas a mi chica. Además yo tampoco podía dejar de fotografiarle el culo a Mariela que tenía una faldita rosa y una tanguita lista para ser arrancada con los dientes.
    
    Ella tenía unos 30, el pelo por la cintura, ojos negros, poco maquillaje, una naricita de modelo y mucho bronceado en la piel.
    
    Dani es morocho, alto, con aspecto de maratonista o nadador, un poco más grande que ella y con una calvicie importante.
    
    En mi auto camino a su morada, no sé cómo fue que llegamos a hacernos chistes sexuales entre todos, a reírnos de nuestras fantasías, en especial de las de Vanina, que sueña con que un travesti se la coja adelante mío. Todo estaba raro. Afuera llovía, y yo manejaba empalado al pispearle las piernas abiertas a Mariela que se hidrataba a mi lado con las gaseosas de Vanina.
    
    Imaginé que Dani se dejaba tocar la chota por mi amor con los ojos llenos de sus tetas y se me paró más todavía. No sabía qué pasaba, pero noté que no era el único perverso cuando Vanina dijo en medio de las publicidades de la radio que escuchábamos: ¡yo no sé a ustedes, pero a mí la lluvia me pone calentita!
    
    Mariela reía ...
    ... descostillada abriéndose más aún mientras le decía: ¡obvio nena, a quién no… y encima al lado tenés a un terrible macho argentino!
    
    Sentí que los celos me quemaban el estómago, pero fue solo un instante.
    
    Enseguida agregué: ¡bueno, pero ojo que yo tengo lo mío eh, o no Mariela… no saben cómo me mira el paquete esta viciosa!
    
    Supuse que el atlético y portentoso de Dani me iba a dejar para un funeral apenas nos bajáramos del auto en la puerta de su casa. Pero, por el contrario me palmeó el lomo y me dijo: ¡no sabés cómo chupa la pija esta mujer!
    
    Mariela y Vanina fumaron un pucho en la vereda mientras Dani guardaba mi auto en la cochera, y yo me atreví a sobarme la japi sobre la ropa viendo como se le subía la falda a Mariela, y como la calza de Vanina me revelaba que la muy chancha no traía ropa interior debajo.
    
    ¡Bueno chicos, pasen que tomamos algo, y si quieren vemos una peli, o lo que gusten!, dijo Dani abriendo la casa, y entonces entramos. Mariela se descalzó, puso un sahumerio y dijo que luego de un baño veloz volvía con nosotros. Vanina eligió un espumante cuando Dani nos dio su menú de bebidas, y yo un cd de clásicos en inglés.
    
    Bebimos, picamos unas rabas, y pronto supimos que Dani es bancario, que tiene un hijo de un año con Mariela y que ambos se conocieron en la facu de ciencias económicas. Luego surgió Mariela envuelta en una bata roja y se sentó a compartir nuestra charla. Otra vez el sexo, el morbo y las fantasías resonaban como los truenos en la ...
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