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Fantasías deliciosas
Fecha: 04/10/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... calienta que me manosee el orto cuando me da la rutina del día!, agregó Vanina, ahora oliendo el bóxer de Dani y lo pajeaba suavecito. Pronto Mariela me dejó parado y expectante cuando fue en busca de Vanina para tirarla en el sillón donde se besaron, se olieron y lamieron como perritas enfermas de lujuria. En eso Dani me manotea la pija babeada y majestuosa gracias a su novia, me da un cigarrillo y me dice: ¡dale, te pajeo macho, mirá cómo gozan las putitas… además a Maru le encantan las guachitas tetonas como ella! Una vez más se sobrepuso a mi decisión y me pajeó con cinismo, algarabía y con alguna que otra escupida. Creí por un momento que se la llevaría a la boca. Por suerte no pasó. Entonces Vanina se hincó ante nuestras pijas y nos las llenó de besos, mordiditas, chupadas profundas, lametazos, arcadas y toses para que Mariela se entretenga lamiéndole el culo a su marido. De repente sentí su lengua en mi ano, y sólo bastó que Vanina diga ahogada en su propia saliva: ¡dame toda la lechita asqueroso!, para que su boca chorree un espasmo de lava seminal que me mareó un poco. Dani acabó en las tetas de Vanina mientras le pegaba allí con su pija, y Maru le mordía las tetillas, lo nalgueaba y le hacía oler la calcita de mi novia. Hubo un relax entre copas de vino, unas cositas frías para comer que ni recuerdo, una charla sobre unos libros eróticos y de tenis. Luego Vanina se fue al baño y nosotros tres, desnudos y encendidos empezamos a hablar de unos ...
... juguetes sexuales. De la nada Maru saltó de su silla y se prendió de mi pija dura nuevamente, y no la soltó, incluso cuando Vanina apareció con una bombacha con pito puesta. No entendíamos nada, pero evidentemente las chicas lo habían planeado mientras nosotros bebíamos. Se le trepó a Maru, que seguía comiendo mi pene arrodillada, y se la ensartó en la concha de una. Se movía ágil, desprejuiciada y no paraba de beber, justo cuando Dani me pidió que lo pajee, y que si me animaba se la podía chupar. Sólo tuve coraje para escupírsela y olerla. Lo pajeé soportando los cuerpos enardecidos de ellas, los gemidos apretados de mi nena golosa y el dolor de mis bolas por querer reventar de leche. En breve nos desunimos, y Vanina quiso que me ponga de pie con el torso inclinado, apoyando los codos en la mesa. ¡Ahora te voy a hacer la cola nene, y vos Dani chupale la pija!, ordenó Vanina después de ensalivar mi agujero y pedirle a Maru que le haga un pete a su chiche. Enseguida Dani se mandó mi pedazo a la boca, y Vani poco a poco empezaba a perforar mi esfínter. Me dolía, sufrí bastante, y le pedí varias veces que no insista. Pero la mamada de Dani y los chupones de Maru en todo mi cuerpo me poseían, y solo quería acabar. Tras esos largos minutos de sacrificio anal, Vanina se la metió en el culo a Maru en la misma posición que a mí, sólo que le daba con mayor vértigo. Tanto que logró que se mee de puro placer, mientras su marido le chupaba las tetas y yo me pajeaba como un ...