-
Fantasías deliciosas
Fecha: 04/10/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... calle. Pero ahora los vinos eran trampolines desfachatados, y no había forma de evitar ninguna erección. Mariela hablaba de cómo disfruta del sexo anal, de todo de lo que sería capaz si mientras le hacen la cola una chica le come los pezones, y de su paso por la zoofilia. Dani avivaba los ratones de Vanina cuando contó una anécdota con un trava un sábado por la noche en su auto, adelante de su novia, la que incluso participó. Yo no tenía mucho para confesar, pero hablé de las pajas que me hacía en la pieza de un amigo mirándole el culo a su madre cuando ambos no llegábamos a los 15 años. ¡Qué culito dios! Luego Vanina habló de los petes que le hacía a escondidas al novio de una amiga, de su experiencia lésbica con una chica que doblaba sus 17 años, de su perdición por andar desnuda por la casa y de las varias mamadas que me obsequió corriendo el riesgo de ser descubiertos. Al rato Dani dice como al pasar: ¡che, si quieren tengo unos fasitos! Vanina sonrió. El flaco se fue al baño, y cuando regresó con la yerba las chicas ya estaban en una nube confusa. Se tocaban los muslos, se alagaban las tetas, e incluso Vanina se las meneaba, y ambas abrían las piernas. Cuando el faso empezó a girar también lo hacían nuestras perversiones. ¿Nunca hicieron intercambio de parejas?, dijo Dani mientras ellas jugaban con unas salchichas. Vanina se la ponía en la boca a Maru, entrando y saliendo como si fuera una pija, con su mejor carita de ramera. Mariela se rozaba los ...
... pezones, se la pasaba por debajo de la bata y después la lamía. ¡Qué hija de puta, encima no tiene bombacha!, dijo Vanina, y yo le respondí a Dani que nunca estuve muy de acuerdo con esas modas. ¡maru, tocale la pija al pibe, y si te pinta chupasela!, dijo Dani sin oír mi respuesta. ¡Amor, ¿y yo me puedo sacar la ropita para que Dani me vea desnudita?!, agregó Vanina, cuando Maru ya me había sacado la chomba y me mordía la pija sobre el short, gimiendo y babeándome el ombligo. Le dije que sí, que se la mame y le haga la paja con las tetas. Ella obedecía, aunque apenas la vi desnuda tuve ganas de salir corriendo. Pero le saqué la bata a Maru, le comí la boca, junté sus pezones hinchados entre mis labios para sorberlos con desatino mientras presionaba su clítoris con mi pulgar, y me permití degustar los juguitos que brotaban de su conchita. Enseguida se arrodilló y me chupó la pija contra la pared. Ella quería que le coja la boca sin despegar su cabeza de los ladrillos, que no pare de amasarle las tetas, y que mire atento cómo Dani le chupaba la conchita a Vanina, que estaba sentada en la mesa hiper abierta de piernas. ¡Compañerito, me parece que tu mujercita anduvo garchando recién nomás, ¿no pibita?, hay restos de semen en esta concha!, decía Dani, tal vez para alimentar el juego de los celos agridulces que tenían su alivio en la lengua felina de Maru. ¡Cómo me chupaba los huevos esa hembra! ¡Sí Dani, me re cogí al profe en el baño del gimnasio… me re ...