1. Primera vez de campeonato


    Fecha: 06/10/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... llamativo, morena de piel blanquita, era nueva en el equipo, pues solo llevaba un año.
    
    Con Sandra y Alma había coincidido otras veces y me llevaba bastante bien con ellas. Era normal que pasáramos tiempo juntos durante esos campeonatos, bañándonos en los lagos o en las piscina de los hoteles, al igual que cuando salíamos a tomar algo. Me ponía cachondisimo ver como le entraban a Sandra y como ella, la mayoría de las veces, jugaba con ellos para después despacharlos con dos palmas de narices. Alma nunca aprobaba esa actitud, era más puritana, y Sandra siempre le decía que tenía que haber experimentado más antes de casarse, con el consecuente mosqueo de la otra.
    
    Durante el trayecto hubo bastante cachondeo para ver como nos íbamos a organizar en las habitaciones. Siendo de tres no hubiese habido ningún problema, ya que yo dormiría con mi progenitor y los demás por genero, pero si fuesen de dos, las cuentas serían más difíciles. Yo conocía a la mayoría, pues no era la primera vez que hacía un viaje así con ellos y tenía bastante complicidad. Con la que menos era con Raquel, nunca había tratado con ella, pero siendo con la que menos años de diferencia tenía, seguro que nos llevaríamos bien.
    
    No se quien se puso más rojo, Raquel o yo, motivo por el cual, mi padre, aunque divertido por la situación, quiso echarle un capote a Raquel, sugiriendo una alternativa mucho mejor.
    
    Todos nos reímos, incluido yo, que me sorprendió mucho el comentario de mi padre, pero pude ...
    ... observar una sonrisa pícara en su gesto.
    
    Sandra era a la que más conocía, pues competía con mi padre desde hacía por lo menos 10 años. Siempre nos habíamos llevado muy bien, en los viajes siempre hablábamos y me preguntaba cómo me iba todo, su curiosidad por mi vida amorosa siempre era tema de conversación, ya que siempre me decía que tenía que llevar a mis compañeras locas, con los ojos claros y el cuerpo de hombre que estaba desarrollando iba a tener que quitármelas de encima. Yo siempre me sonrojaba, era muy vergonzoso, por lo que ella ahondaba más en el asunto. Los últimos años ya había dejado de verla como una amiga mayor de mis padres, para empezar a verla como el pibón que era. Había teñido novios, pero como siempre decía mi padre, era ligera de cascos y no le duraban mucho.
    
    Durante lo que quedaba del viaje, no podía quitarme de la cabeza la idea de poder compartir habitación con una mujer como Sandra. Enseguida mi mente empezó a divagar como sería, podría ver su ropa interior, verla en pijama o puede que se destapase por la noche y poder disfrutar de la visión de alguna parte de su cuerpo. O, incluso, dar pie a alguna situación que pudiese desembocar en algún escarceo sexual entre los dos. Si, seguro que algo podría hacerse, pero, ¿sería capaz? Seguramente me rajaría y no haría nada.
    
    Una vez llegamos al hotel, las habitaciones eran dobles, por lo que volvió a salir el tema de compartir habitación, dando por terminado el asunto cuando Sandra concluyó:
    
    Finalmente ...
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