1. UNA LINDA HISTORIA 4 (segunda parte)


    Fecha: 07/09/2017, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... con sus manos en mi muslo y sus ojos clavados en mi regazo. ― Diosss… -- susurra, impresionada, al verla salir. ― Aún crecerá más cuando se endurezca. Trae tu mano, tócala – le dice mi hermana. – Claro está que se toma su tiempo. Para llenar todo esto de sangre… ― ¿No te volverá tonto si te quita la sangre de la cabeza? – se ríe Maby, al empuñar mi pene. ― A veces parezco un zombie. Solo follo y babeo – sigo con la broma. Es alucinante sentir las manos de mis dos chicas sobre mi polla. Maby se encarga de mi glande, Pam, de mis testículos, tras desabrochar completamente el pantalón. ― Joder, Pam, cariño, ¿de verdad te metió todo esto? – pregunta Maby, algo incrédula. ― Solo la mitad y creí morirme. No hay que ser demasiado golosa, al principio. ― ¿Me vas a follar bien esta noche, Sergi? ¿Vas a meter todo este rabo en mi tierno coñito? – me susurra Maby casi al oído. ― Si… si… ― ¿Y no lo sacaras hasta que te corras, aunque te suplique que me lo saques? ― Lo que quieras, Maby – me estaban haciendo una paja deliciosa entre las dos, alternando los movimientos de sus manos. ― Te ayudaré a metértela lo más adentro posible – Pam le introdujo dos dedos en la boca, llenos de líquido preseminal, que Maby trago con fruición. ― Entonces, yo te comeré el coñito mientras me la clava, cariño… ¡Joder! ¡Qué cachonda estoy, coño! ― Pues entonces, es el momento de chupar – le baja la cabeza Pam, de un tirón de pelos. Mi polla tapa su boca, pero no consigue abarcarla. ― Espera, espera… déjame ...
    ... acostumbrarme, que esto es muy grande… Se nota que es mucho más experimentada que mi hermana. Maby ha debido chupar unas cuantas pollas. Saca la lengua todo lo que puede, para dejar que mi glande se deslice por ella con suavidad. Traga hasta que puedo tocar su garganta. Su boca no da más de sí y siento sus dientes arañar el final del prepucio. No importa, su aspiración casi me levanta del sofá. ¡Ostias con la niña! Intenta meter un pedazo más en la boca, pero las arcadas la superan, incluso cuando Pam empuja su nuca. ― No puede tragar más – le digo. – No tiene más sitio, a no ser que descienda hasta su estómago. ― Aaaahhh… -- Maby toma aire, al sacársela de la boca. – Demasiado grande para llegar más lejos. ¡Es inmensa! ― Tómatelo con calma, pequeña – la aconseja Pam, antes de besarla largamente. ― ¿A medias? – propone Maby, al separarse de los labios de Pam. ― A medias. Ambas se recuestan en el mullido sillón, encogiendo sus piernas y apoyándose en sus flancos. Se disputan mi polla como un juego. Sus lenguas descienden, una y otra vez, por el tallo de mi pene, intentando hacerme chupones por ambos lados, pero está demasiado rígido como para acumular sangre. Mientras están atareadas, distingo a nuestra camarera en la barra. Le hago un gesto para traer más bebida. Vacío nuestros vasos llenos, de uno en uno, en una gran maceta que tengo a la espalda. La chica, tras unos minutos, sube las escaleras con tres copas en la bandeja. Sus ojos se posan en lo que surge de mis pantalones, ...
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