53.4 El señor Cheng-Gong
Fecha: 07/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
Como sabía que habría más por su insistencia aunque fuera jugando, decidí ir al baño y prepararme.
-Espérame un momento, vuelvo en unos minutos. –intentó retenerme sin conseguirlo, sabía cuál era mi obligación.
No tardé mucho tiempo cuando volví a estar a su lado, estaba distraído y me miraba como si no me viera.
-Me preparo para ti y ahora no me haces caso. –le besé mimoso la barbilla hasta llegar a sus labios, se los acaricié con los míos rozándolos ligeramente y metía en la boca el superior y luego el inferior más gordo y caliente.
-Nuestro amigo Cheng-Gong te ve guapo y te desea, pero eres mío. –susurró en mi oreja y mordió mi cuello, le estaba entrando el deseo que se manifestaba en su polla que ahora cogía consistencia y dureza empujando, queriendo entrar entre mis nalgas.
-Deja de pensar en el chinito que a mí no me interesa.
-¡Ohh! Daniel, ese hombre es muy poderoso y puede comprar gobiernos, en realidad lo puede comprar todo. –no le dejé seguir cerrando su boca con la mía en un profundo y acalorado beso.
Se tendió y me colocó encima de él sentado sobre su abdomen, sentía en mi culito los vellos haciéndome cosquillas y comencé a tocarle el pecho y los abdominales, era el hombre perfecto y no veía defecto alguno en él, parecía estar hecho con un molde simétrico en todo, luego llevé mis manos atrás y agarré su polla que estaba entre mis nalgas derramando su preciosa carga.
Le masturbaba con mi mano derecha mientras miraba las reacciones de su ...
... cara, y se mordía el labio cuando lo apretaba en mi raja, o cuando movía mi trasero para que notara el calor de mi culo en su verga.
Me senté sobre su pene y me incline para llegar con mi boca a sus tetillas y chupar sus pezones, me abrazó y comenzó a levantar su pelvis, elevaba mi cuerpo con facilidad queriendo separar mi culo de su verga para buscar a tientas con su pene mi agujero.
Me besó la boca profundamente, me cogió la cara y volvió a besarme dándome su lengua.
-Elévate un poco a ver si puedo meterla. –hice lo que me pedía y la deje libre, pasaba por la entrada de mi culo deslizándose por toda la raja pero no atinaba a encontrar la entrada de mi ano y cuando lo hallaba no podía meter su gran verga. Reía viendo su esfuerzo inútil que le ponía nervioso.
Elevé el culo de su abdomen y llevé mi mano hacia atrás, a mi culo, y extendí sus jugos que había dejado con el paso de su polla, me introduje los dedos y luego agarre su verga poniéndola justo en la entrada de mi ano. No quise sentarme y penetrarme yo mismo.
-Ahora puedes meterla, penétrame el culo. -continuaba sujetándola y comenzó a subir sus caderas, poco a poco fue tomando posesión de mi ano, su polla entraba un poco con cada golpe de cadera que daba, elevándose para meterse en mi hasta que no pudo más y entonces me dejé caer metiéndola toda ella.
Sentí un escalofrío al sentirme tan lleno, le miraba sin hacer movimientos y él también me observaba, mejor dicho, miraba mi verga de la que salía un hilo ...