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Los demonios de Yahir. Aventuras en Monterrey, el regreso de Eduardo Part 1
Fecha: 13/10/2019, Categorías: Gays Autor: Diosdelagua, Fuente: SexoSinTabues
... eran exquisitos para mí, pero si empezaba a comer, perdería el hilo de lo que había pasado minutos antes. Solo tomé un vaso de jugo de naranja que había en el refrigerador y comí un par de galletas de avena que había en una repisa en la alacena. Entonces caminé hasta Eduardo y me senté junto a él mirándolo fijamente— ¿Qué pasa? ¿Por qué no comes?— Preguntó Eduardo y lo miré inspeccionando sus ojos, él estaba extrañado hasta que hable sin miedo— Soy bisexual, me gustan los hombres y las mujeres— Dije como alguien que revela su color favorito, las mejillas de Eduardo se tornaron rojizas como si fuera un tema prohibido o como si le estuvieran hablando sobre sexualidad por primera vez. Eduardo no decía nada, solo miraba hacia el techo tratando de encontrar las palabras exactas que decir y yo seguía hablando— A los 14 años estuve por primera vez con una chica y fue genial, ella estaba enamorada de mí pero yo no, luego le siguieron otras. A los 13 estuve por primera vez con un hombre, el cual me cuesta trabajo reconocer, creo que eres tú. — En ese momento me acerqué más a él, por el lado izquierdo de su mejilla le dijé unas cosas al oído. — No sabes cuanta falta me ha hecho ese idiota. A veces lo sueño en las noches, a veces no puedo dormir por su culpa, a veces lo necesito tanto que me cuesta respirar si no está conmigo— Eduardo cerraba sus ojos, escuchando lo que tenía que decirle— No importa el tiempo que ha pasado, no puedo sacarlo de mi cabeza. Hace que mi corazón se acelere. ...
... Me quita el sueño, me hace reír. ¿Dónde está él? Dime por favor dónde está. — Le dije mientras por mi ojos corrían un par de lágrimas. — Lo siento Yahir. Siento mucho lo que te hice— En ese momento Eduardo me abrazó con tanta fuerza que todo mi ser vibró. Allí estábamos los dos, con lágrimas en los ojos y suspirando por tenernos tan cerca. — Te amo Lalo. No sabes cuanto te amo. Nunca he dejado de amarte. — Busqué su boca pero él se resistía a besarme. — No Yahir. Eres solo un niño— Me dijo mientras yo ponía las manos en su pecho y sentía esa fortaleza que me hizo falta tanto tiempo, fue cuando puse mi mano en su pene, fue como recibir un choque eléctrico, la voz de Eduardo se cortó mientras le dije—No, Ya tengo 19 años, ya no soy un niño. Lo siguiente ya todos lo podrán imaginar. Eduardo se levantó y apagó las luces, volvió a mí para seguirme besando, su lengua entraba en mi boca y sus dientes mordían mis labios, mis manos acariciaban su espalda y en un instante las suyas se fueron a mi cabello para recorrerlo con sus dedos. Por momentos me costaba besarlo porque los sollozos por su falta aún querían ser liberados. Mis traviesas manos pronto buscaron los botones de su camisa y su boca se dirigió a mi cuello para suspirar y besarme aumentando la temperatura de mi cuerpo. Le quité su camisa y me abalancé sobre él haciéndolo caer en el mueble solo porque necesitaba poner mi cabeza en su pecho como cuando yo era un niño. Él me dejó hacerlo y suspiraba tanto como yo porque el aire ...