-
(8) Prueba, la verdad sobre el amor
Fecha: 16/10/2019, Categorías: Gays Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos
Ella era consciente de su maldad, no queriendo darse cuenta de que dañaba a su alma, tampoco sabe nada de la parte inmortal que habita en su cuerpo y sin embargo creía en el amor. Y de nuevo se le metió en la boca, despacio, procuraba que la erección no se perdiera, y sentí como la presión que mantenía su lengua hizo que le erección llegara a su punto máximo, entonces fue cuando lo sacó de su boca, me dijo que ya había probado ese líquido transparente que precede a la eyaculación, y que había hecho esta pausa para prolongar sus deseos, y de nuevo se le introdujo en la boca, hasta el fondo y apenas le movió, le tenía cogido con su mano izquierda, sus dedos parecía estar pendientes de los movimientos internos del penetrador. Pero alteré sus planes, ella quería tener semen en su boca, pero yo no, ya que todo ello tenía pensado sin coordinación alguna, había empezado por el final, y aunque tenía mis reparos debido a dos causas, una de ellas el vino ingerido y la segunda es que podía no entenderlo debido a su falta de control, una copa, dos como mucho y puedes seguir, pero llegar al descontrol no lo entendía, en una palabra, follar sin beber antes no entraba en sus planes y no sabe lo que se pierde. ________ …Aquella jefa de caja, al margen de las hostias que me daba para no correrme, me enseñó muchos más detalles del sexo de lo que pensaba. Una madrugada que estaba cariñosa, me premiaba con sus enseñanzas, pensamientos, y que me anticipó que nunca compartía, pero ...
... en mi veía un ser diferente, no tenía nada del caballo de carreras, y que mi mirada le decía que era aplicado en sus enseñanzas, iba a interrumpir la narración de su pensamiento, pero puso sus dedos en mis labios y continuó. Decía que se había dado cuenta de que esa especie de prevención al tocar su cuerpo, había empezado a desaparecer, avanzaba por su cuerpo lento y se daba cuenta de que dudaba, ya que mi mirada era soslayada buscando señales de que no iba por el buen camino, pero no, y me confío un secreto femenino, me dijo que su mayor placer no es lo que hacía sentir, no, es un complemento, dijo que era yo, lo que yo desprendía cuando estaba recorriendo su cuerpo desnudo, que ella se entregaba sin límite alguno y yo avanzaba muy despacio, y cuando ella gemía, sentía como mi pene respondía con esa pulsación. Me enseñó cómo se entraba en su cuerpo, pero no por la vagina, no, debía de aprender sus respuestas, los gestos, lo que escaba de su boca entreabierta, sus posturas y dar los pasos adelantados, que ella marcaba para que yo aprendiera y fue cuando me fijé en su clítoris, como reaccionaba y que efecto producía en su cuerpo, y como sus manos sujetaron mi pelo para acompasar a mi lengua, y fue la primera vez que bebí ese fluido normal que escapaba de su vagina, y ante mi sorpresa apartó mi cara y me preguntó si me había dado cuenta de un detalle. Dije que le gustaba, pero negó con la cabeza, dijo que era algo más excitante para los dos, yo me rompía el cerebro ...